Los obispos italianos salen en defensa de la Iglesia en Nicaragua
El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, fue detenido por parte del régimen de Daniel Ortega junto a otros sacerdotes.
El presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Matteo Zuppi, lanzó un llamamiento para que en Nicaragua se garantice la "libertad de culto y de opinión".
La Conferencia episcopal italiana expresó hoy "solidaridad" a la Iglesia de Nicaragua, que consideró está "sometida a una dura persecución", después de conocerse el arresto del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, por parte de agentes policiales.
El presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Matteo Zuppi, lanzó un llamamiento para que en Nicaragua se garantice la "libertad de culto y de opinión no sólo a los exponentes de la Iglesia católica sino a todos los ciudadanos".
En el mensaje, enviado al presidente de la Conferencia episcopal de Nicaragua, el obispo Rolando José Álvarez Lagos, Zuppi subrayó que el arresto del obispo Álvarez es un "acto muy grave" y que obliga a "mantener alta la atención" sobre lo que ocurre en el país.
Mientras que, por el momento, el Vaticano guarda silencio al igual que el papa Francisco sobre la situación en Nicaragua, aunque se espera que el pontífice pueda realizar un llamamiento ya este domingo.
Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue arrestado este viernes dentro del palacio episcopal provincial, junto con cinco sacerdotes, dos seminaristas, y un camarógrafo, después de que haber estado 15 días confinados.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega, confirmó que realizaron un operativo en la madrugada en la sede episcopal de Matagalpa en la que sacaron contra su voluntad a Álvarez y a sus colaboradores, y luego los trasladaron a Managua.
La captura de Álvarez, precedido por el arresto de tres sacerdotes, es el capítulo más reciente de las tensas relaciones que mantiene la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el presidente Daniel Ortega.
El mismo dirigente ha calificado de "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscaba una salida pacífica a la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018.