Informe ONU: Pekín apunta a "fuerzas antichinas" y acusa a Bachelet de "doble estándar"
China sostuvo que las críticas del informe son "completamente contradictorias" con las declaraciones que emitió Bachelet durante su visita de trabajo al gigante asiático.
La misión diplomática de China ante la ONU manifestó que la investigación "calumnia sin motivo e interfiere en asuntos internos".
La misión de China ante las Naciones Unidas en Ginebra criticó el informe de la ONU sobre violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang, que consideró "basado en desinformación y mentiras fabricadas por fuerzas antichinas".
El documento, que afirma que el pueblo uigur y otros de religión musulmana podrían haber sido víctimas de crímenes contra la humanidad cometidos por las autoridades chinas, "distorsiona las leyes y políticas de China, calumnia sin motivo e interfiere en asuntos internos", sostiene un comunicado de la misión diplomática.
Por otro lado, agrega la nota oficial, el informe "ignora los logros en derechos humanos conseguidos por gente de todas las etnias en Xinjiang, y el devastador daño causado por el terrorismo y el extremismo".
La misión diplomática aseguró que las críticas del informe son "completamente contradictorias" con las declaraciones que emitió durante su visita de trabajo a China, el pasado mes de mayo, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien acaba de concluir su mandato.
"Deben evitarse los dobles estándares, la politización de las cuestiones de derechos humanos, y más aún el uso de éstos como un arma para interferir en los asuntos internos" de los miembros de la ONU, según la legación china.
El informe fue facilitado a la prensa acreditada en la ONU cuando faltaban apenas unos minutos para que en Ginebra finalizara la última jornada oficial de Bachelet como alta comisionada de Derechos Humanos.
Ella misma reconoció en su última rueda de prensa en el cargo, la semana pasada, que algunos países le habían pedido que el documento no se publicara.
Bachelet anunció que no aspiraría a un segundo mandato como alta comisionada pocas semanas después de su controvertido viaje a China, que fue muy criticado por organizaciones de la sociedad civil que consideraban que no lo había aprovechado para denunciar con contundencia los abusos contra los uigures y otros grupos.