Tribunal declaró culpable a excarabinero que dejó ciega a Fabiola Campillai
La hoy senadora sufrió la pérdida de tres de sus sentidos por el impacto de una lacrimógena.
La condena contra Patricio Maturana se conocerá el próximo 10 de octubre, aunque desde Fiscalía solicitaron 12 años de cárcel.
El Tribunal Oral en Lo Penal de San Bernardo declaró culpable al excarabinero Patricio Maturana Ojeda de disparar una bomba lacrimógena a Fabiola Campillai el 26 de noviembre del 2019, cuando la ahora senadora se dirigía a su trabajo.
Por este ataque, que causó que la parlamentaria sufriera la pérdida de tres de sus sentidos (vista, gusto y olfato) y fracturas craneales, el uniformado fue considerado culpable -de forma unánime- del delito de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas.
🔴 EN VIVO: TOP de San Bernardo dicta veredicto condenatorio en contra de oficial de Carabineros acusado de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas en contra de Fabiola Campillai, en noviembre de 2019. pic.twitter.com/aGl3bUiERJ
— Poder Judicial Chile (@PJudicialChile) September 1, 2022
"Su intención no fue usar el arma conforme a su naturaleza y finalidad para dispersar o disuadir muchedumbres con el humo del gas lacrimógeno, sino que su propósito fue hacer daño a cualquiera de ellas", fue parte de lo que afirmó la jueza Marcela Nilo.
Por este hecho, el Ministerio Público solicitó una condena de 12 años de cárcel para Maturana, algo que se dará a conocer el próximo 10 de octubre.
Para la abogada de Campillai, Alejandra Arriaza, "este veredicto es un paso importante en la reparación, porque la justicia es el primer paso pasa la reparación".
En tanto, la abogada de Maturana, Catherine Lathrop, sostuvo que "obviamente no estamos de acuerdo con el veredicto pronunciado, y esperamos que los recursos que vamos a interponer sean los que finalmente establezcan la inocencia del capitán".
SENADORA CAMPILLAI: "HOY ESTOY FELIZ"
En respuesta a la condena, la senadora sostuvo que "un amigo siempre me dijo: 'tú estás contenta pero no feliz'. Hoy estoy feliz".
Respecto a la sentencia que arriesga Maturana, en tanto, agregó que "12 años no son nada, porque toda mi vida voy a estar ciega, el que él esté en la cárcel no me va a devolver mis ojos; podría ser una vida completa (de pena), porque él me la quitó a mí".
"Espero que esos 12 años sean efectivos, y no que a los siete u ocho años esté saliendo, porque a mí jamás me va a devolver mis ojos", remató Campillai.
Su marido, Marcos Cornejo, resaltó que la agresión sufrida por la hoy parlamentaria "cambió la vida de toda nuestra familia. Tenemos un hijo de 11 años, y tuve que trabajar mucho con él, decirle que algún día se iba a hacer justicia por la mamá, e íbamos a seguir avanzando como familia también".
En cuanto a la posible pena, también consideró que "no es suficiente, porque habíamos pedido 20 años mínimo por el daño que le hizo a mi esposa, ella va a tener que sufrir esto de por vida. Las cosas que antes hacía no las puede hacer: jugaba a la pelota, pertenecía a los Bomberos".
GOBIERNO: "ESPERAMOS QUE PUEDA SANAR EN ALGO SUS HERIDAS"
Consultada por el veredicto en una rueda de prensa, la ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches, dijo que como Gobierno "esperamos que la resolución de la Justicia ojalá pueda sanar en algo las heridas que tiene ella en torno a lo simbólico que significan".
"Somos muy respetuosos de las instituciones del Estado y de la autonomía de los mismos, pero también tenemos un compromiso estricto con los derechos humanos y en particular con aquellas personas que son víctimas", dijo la jefa de gabinete, que destacó el "cariño y fraternidad" de La Moneda con la senadora.
Campillai es una de las víctimas más simbólicas de la brutalidad policial que se empleó en Chile para sofocar las manifestaciones y que fue denunciada por organismos como ONU y Amnistía Internacional.
Su caso y el de Gustavo Gatica, el otro joven que perdió la vista en la crisis social, dieron la vuelta al mundo y visibilizaron la epidemia de mutilados oculares que dejaron las revueltas.