Juan Pablo I, el papa de los 33 días, será beatificado este domingo
La ceremonia será encabezada por Francisco, quien en octubre del año pasado aprobó el milagro necesario para el reconocimiento: la curación de una niña argentina.
Según el Vaticano, el proceso "ha restituido la verdad histórica" tras años de teorías sobre la muerte del último pontífice italiano.
Albino Luciani nació en 1912, fue elegido papa el 26 de agosto de 1978 y falleció sorpresivamente apenas un mes después, por lo que su pontificado fue uno de los más breves de la historia.
El papa Juan Pablo I, cuyo pontificado duró solo 33 días, será proclamado beato este domingo en una ceremonia en el Vaticano tras un proceso "que ha restituido la verdad histórica" tras años de teorías sobre su muerte y para el que ha sido necesaria la aprobación del milagro por su intercesión de la curación de una niña argentina.
El Vaticano presentó hoy en una rueda de prensa la beatificación del Albino Luciani, elegido papa el 26 de agosto de 1978 y cuyo repentino fallecimiento en la mañana del 29 de septiembre a los 65 años sorprendió al mundo entero, convirtiendo su pontificado en uno de los más breves de la historia y desatando numerosos interrogantes y leyendas sobre los motivos de la muerte.
"Es increíble que se pregunten aún por teorías incluidas en volúmenes de novela negra, que son solo basura publicitaria, porque la historia se construye con fuentes y documentos", dijo la periodista Stefania Falasca, autora de varios libros sobre Luciani y vicepostuladora (quien se ocupa de recoger la información de la causa para la canonización), sobre hipótesis como la de que fue envenenado para evitar su lucha contra la corrupción financiera.
Falasca, que ha dedicado más de seis años en reunir la documentación, aseguró en la rueda de prensa que todos los informes médicos, toda la documentación clínica y los historiales prueban que se trató de una muerte inesperada debida a un infarto y que no se consideró necesaria una autopsia porque nada indicaba que no fuera una muerte natural.
La también vicepresidenta y representante legal de la "Fundación Vaticana Juan Pablo I" explicó que los documentos muestran que el papa había tenido ese mismo día un dolor en el pecho, señal de un posible infarto, pero que no le dio importancia pensando que era un dolor intercostal de los que sufría debido al reumatismo que sufría.
"Este proceso ha restituido la verdad histórica, que es una labor de los historiadores, de nosotros, los postuladores. Quitemos la losa sobre la muerte y veremos así la gran contribución que hizo a la Iglesia. Esta es una noticia falsa que ha perdurado ya durante demasiado tiempo", añadió.
MILAGRO ATRIBUIDO AL PONTÍFICE
El 17 de octubre de 2016 se depositaron en el Dicasterio para las Causas de los Santos cinco volúmenes con más de 3.500 páginas y en noviembre de ese mismo año concluyó la investigación diocesana en Buenos Aires para la beatificación con la documentación de la supuesta curación extraordinaria, en 2011, de una niña en riesgo de muerte inminente debido a una forma grave de epilepsia refractaria y a un choque séptico.
Candela Giarda, la niña argentina que se curó gracias al milagro de Juan Pablo I, no podrá estar en Roma por una lesión en un pie, pero envío hoy un video con su madre en el que agradeció al papa la que ha sido "su segunda vida".
"Estamos muy emocionadas por la beatificación y agradecemos la invitación, aunque no podamos ir. Lo que pasó con Cande esperemos ayude a otras personas a que tengan más fe y esperanza", dijo su madre, Roxana.
"EL PAPA DE LA SONRISA"
Durante la presentación de hoy se revelaron episodios de la vida de Luciani, apodado el "papa de la sonrisa" por su semblante siempre alegre, contados por personas muy cercanas a él, como su sobrina Lina Petri.
"Recuerdo que mi madre contaba que su hermano, mi tío, comentó el encuentro entre Mussolini y Hitler en Villa Gaggia, entre Feltre y Belluno, en julio de 1943. En voz alta, delante de los demás, dijo (en dialecto): 'Siòn ente man de doi matt' (Estamos en manos de dos locos)", explicó Petri.
También relató que a principios de noviembre de 1975, poco después del asesinato del escritor y cineasta Pier Paolo Pasolini, cuya forma de vida fue muy criticada por la Iglesia, el futuro papa fue consultado por el obispo de Udine, monseñor Alfredo Battisti, sobre la conveniencia o no de celebrar un funeral religioso y el entonces patriarca de Venecia afirmó: "Su conducta de vida déjala al juicio del Señor. Todos nosotros, sin excepción, necesitamos su piedad".
Para Falasca "no se beatifica a un papa o a su pontificado, sino a cómo fue como persona, como vivió la sustancia del evangelio".