Bolsonaro y Lula jugaron sucio en un durísimo primer debate de cara a la segunda vuelta

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El foro, con un formato muy libre, permitió largos cruces dialécticos entre los dos candidatos, que derivaron en constantes enfrentamientos, en los que no faltaron golpes bajos, mentiras, insultos y palabras soeces.

En uno de los momentos más tensos, el actual presidente brasileño aseguró que el exmandatario está "rodeado de traficantes" y éste, en respuesta, le reprochó sus "amistades" con mafias policiacas.

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El balotaje se disputará el 30 de octubre.

El presidente Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva jugaron sucio en un durísimo debate celebrado este domingo, a dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones de Brasil.

El debate, con un formato muy libre, permitió largos cruces dialécticos entre los dos candidatos, que derivaron en constantes enfrentamientos, en los que no faltaron golpes bajos, mentiras, insultos y palabras soeces.

Pero tampoco silencios incómodos y alguna risa entre los oponentes, que debatieron sin atril, frente a frente, llegando a haber incluso contacto físico en un momento, cuando Bolsonaro puso la mano en el hombro de Lula tras una ironía del exsindicalista.

 

ATAQUES CON LA PANDEMIA Y LA CORRUPCIÓN

Lula desgastó a Bolsonaro principalmente con su criticada gestión de la pandemia, la grave situación económica que vive la capa de la población más pobre, o a la destrucción de la selva amazónica.

Del otro lado, Bolsonaro puso en aprietos a Lula principalmente sacando a relucir la corrupción en los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), entre 2003 y 2016.

"Petrobras fue el mayor escándalo de corrupción de la humanidad. Saquearon 90.000 millones de reales (unos 18.000 millones de dólares). Usted se metió el dinero en el trasero y lo repartió con los amigos", le espetó Bolsonaro a Lula en uno de los momentos más ásperos del debate.

Lula reconoció que hubo corrupción en la petrolera estatal, pero aseguró que todo se descubrió por la transparencia de su Gobierno (2003-2010).

 

LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA

El líder de la ultraderecha aprovechó el tramo final del debate para sacar a relucir la relación de Lula con presidentes latinoamericanos como el nigaragüense Daniel Ortega, el venezolano Nicolás Maduro, el colombiano Gustavo Petro o el argentino Alberto Fernández, a los que vincula con el comunismo.

Dedicó más tiempo a criticar a Ortega, en especial por la detención de sacerdotes, el cierre de iglesias y de medios de comunicación.

El exsindicalista dijo que la situación política de Nicaragua le corresponde resolverla a los nicaragüenses, aunque dejó un recado para Ortega.

"Si alguien se cree imprescindible, está naciendo un dictador. Pero si Ortega está equivocándose, que el pueblo nicaragüense lo castigue. Si Maduro está equivocándose, que el pueblo venezolano lo castigue", dijo Lula.

También trajo a colación el discurso de Petro en la ONU para defender la despenalización de la cocaína, vinculándolo con Lula, quien nunca se ha pronunciado a favor de la legalización de las drogas.

 

INSULTOS A AMBOS LADOS

Los insultos marcaron la tónica del debate y sobresalieron por encima de las propuestas de gobierno.

Lula llamó a Bolsonaro "pequeño dictadorcito", "mentiroso" y "caradura", mientras que el actual jefe de Estado dijo que su predecesor es "una vergüenza nacional" y un "ladrón".

En tono irónico, Lula le espetó a Bolsonaro, capitán en la reserva del Ejército, que cuando era diputado, le "adulaba" y "sentía orgullo" de tenerlo como presidente, por el trato que le daba a los militares.

En el debate también salió a relucir una polémica desatada este domingo por unas declaraciones de Bolsonaro que causaron revuelo, en las que usó una frase coloquial que se podría entender como que se sintió atraído por unas jóvenes venezolanas de 14 años, que se estaban prostituyendo.

El primero en aludir al caso fue el líder conservador, que se quejó de que la oposición haya utilizado esas declaraciones para acusarle de pederasta, tocándole "en lo más sensible", el tema de la defensa de la familia.

Lula, más tarde, sin referirse directamente al caso, dijo que quien le conoce, sabe lo que hizo, y opinó que "debe tener la conciencia muy pesada por lo que hizo" porque se levantó de la cama la pasada medianoche a desmentir las acusaciones de pederastia.

SUPUESTAS "AMISTADES" CON CRIMINALES

Los contendores se acusaron además de ser amigos de criminales.

Bolsonaro acusó a Lula de "tener un pacto" con el narcotraficante Marcos Camacho, alias Marcola, y aseguró que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) estaba "rodeado de traficantes" durante un mitin celebrado en una favela de Río de Janeiro el pasado miércoles.

"Usted tiene amistad con bandidos. En la favela no había un policía a su lado, solo había traficantes", espetó Bolsonaro a Lula en uno de los momentos más tensos del primer bloque del debate.

Lula se rió de estas acusaciones, le echó en cara a Bolsonaro que asocie la criminalidad a la pobreza y le reprochó sus "amistades" con las milicias, como se conocen a las mafias formadas por policías en activo y retirados que controlan decenas de favelas de Río de Janeiro.

"Bolsonaro sabe que quien cuida del crimen organizado no soy yo. Quien tiene relación con milicianos no soy yo. Y él sabe quién es. El crimen organizado que tiene relación con la muerte de Marielle", dijo Lula.

Lula aludió así al asesinato en 2018 de la concejal de Río de Janeiro Marielle Franco, quien era conocida por su posición de combate a los grupos de milicianos, en un crimen que causó gran impacto internacional y que todavía está sin resolver.

Los brasileños volverán a las urnas el próximo 30 de octubre para elegir entre Lula y Bolsonaro.

En la primera vuelta de las elecciones, celebrada el pasado 2 de octubre, Lula fue el candidato más votado, con el 48,4%, frente al 43,2% de los sufragios que recibió Bolsonaro.