Tras la salida de la ministra del Interior, Liz Truss se aferra al gobierno británico

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EFE

Grant Shapps sustituyó a Suella Braverman en la cartera clave, marcando la llegada de otro rival conservador de la primera ministra al Ejecutivo.

Entre gritos de "dimisión" desde la oposición, Truss pidió "perdón" por los "errores" que ha cometido ante el Parlamento.

 EFE (Referencial)

Como se rumorea que el ministro de Economía dio la orden de sacar a su expar de Interior, una vocera de Downing Street aseguró que Truss mantiene la autoridad en su gabinete.

La primera ministra británica, Liz Truss, aseguró este miércoles que luchará por mantenerse en el cargo, pese a las presiones desde dentro y fuera de su partido para que abandone Downing Street y las turbulencias que atraviesa su gobierno.

En un nuevo golpe para la autoridad de la jefa conservadora del Ejecutivo, la ministra de Interior, Suella Braverman, dimitió hoy tras haber cometido el "error" de compartir información confidencial a través de su teléfono personal.

Braverman, antigua abogada general del Estado, fue sustituida por Grant Shapps, uno de los cabecillas de la revuelta interna de los "tories" contra el recorte de impuestos que Truss se vio forzada a retirar.

Se trata del segundo ministerio clave que cae en manos de los rivales internos de la primera ministra en cinco días después de que Jeremy Hunt, que respaldó junto a Shapps al adversario de Truss en las primarias conservadoras, Rishi Sunak, asumió Economía el viernes.

Medios británicos han asegurado que fue Hunt quien dio la orden de despedir a Braverman, lo que ha avivado la percepción de que el titular de Economía ha acaparado gran parte del poder en el Gobierno, en detrimento de la primera ministra.

Cuestionada sobre ese extremo, una vocera adjunta de Downing Street aseguró hoy que Truss mantiene la autoridad en su gabinete.

"La primera ministra es la primera ministra y trabaja estrechamente con el ministro de Economía para desarrollar el plan fiscal a medio plazo que presentarán el 31 de octubre", declaró en una conferencia de prensa con medios extranjeros.

¿POSIBLE MOCIÓN DE CENSURA?

Se mantienen al mismo tiempo las especulaciones sobre la posibilidad de que los diputados conservadores fuercen la salida de Truss, que se ha desplomado en las encuestas hasta 30 puntos porcentuales por debajo del líder laborista, Keir Starmer.

Sin embargo, las normas del partido impiden convocar una moción de censura interna contra el líder durante su primer año en el cargo y Truss asumió el poder hace tan solo un mes y medio.

Para cambiar esa regla, una amplia mayoría de los parlamentarios "tories" deberían respaldar la modificación.

Hasta ahora, sólo seis de los 357 diputados conservadores han pedido públicamente la dimisión de Truss, el último de ellos William Wragg, que hoy dijo ante la Cámara de los Comunes que se siente "avergonzado por no poder mirar a la cara a los votantes" tras el caos económico desatado por las medias del gobierno.

TRUSS ENFRENTÓ CRÍTICAS EN EL PARLAMENTO

Durante la sesión de control al Ejecutivo este miércoles en el Parlamento, el líder de la oposición cuestionó a Truss cómo puede presentarse ante la cámara a rendir cuentas si ella "no está a cargo" del gobierno.

"La pasada semana, la primera ministra se presentó aquí y prometió que bajo ningún concepto habría reducción de gastos. Esta semana, el ministro de Economía anunció una nueva oleada de recortes. ¿Qué sentido tiene una primera ministra que no puede mantener sus promesas durante una semana?", adujo Starmer.

El líder laborista luego profundizó en todos los cambios repentinos de la corta gestión de Truss, ayudado por el eco del bloque opositor: "Recorte del impuesto del 45 por ciento, desapareció; recorte de impuesto a las corporaciones, desapareció; recorte del 20 por ciento, desapareció; dos años de congelamiento de las cuentas de energía, desapareció; el recorte del impuesto a las compras, desapareció; credibilidad económica, desapareció".

"Su supuesto mejor amigo, el ministro de Economía, también se fue, y si todo se ha ido, ¿por qué ella sigue aquí?", se preguntó Starmer al término de su alocución.

La primera ministra se limitó a responder que "soy una luchadora, no una renunciante. He actuado en función del interés nacional para asegurar que tendremos estabilidad económica".

Entre gritos de "dimisión" desde la bancada de la oposición, Truss además pidió "perdón" por los "errores" que ha cometido durante el mes y medio que ha liderado el gobierno.

"Lo adecuado en estas circunstancias es hacer cambios, como he hecho, y seguir adelante con el trabajo para beneficiar a los ciudadanos británicos", afirmó.