Activistas que vandalizaron "La Joven de la Perla" recibieron dos meses de cárcel
La justicia neerlandesa sentenció sumariamente a Wouter M., que pegó su cabeza al famoso cuadro de Vermeer, y a Pieter G., que filmó la "acción de protesta".
Un tercer atacante debe comparecer el viernes ante los tribunales.
Una ola de ataques ha afectado en las últimas semanas a obras de arte y pinturas famosas por parte de manifestantes climáticos de la organización Just Stop Oil en Europa. Víctimas han sido los icónicos "Girasoles" de Vincent van Gogh, en Londres, y "Los almiares" de Claude Monet en Potsdam.
Dos de los tres activistas ecologistas que atacaron la semana pasada el cuadro "La joven de la perla", del artista Johannes Vermeer, en el museo Mauritshuis, en La Haya, fueron condenados este miércoles a dos meses de prisión por la Justicia neerlandesa.
La agencia Belga precisó que uno de los meses de prisión es una condena condicional.
Los condenados en un proceso acelerado ante un tribunal de La Haya son Wouter M., que pegó su cabeza a la pintura de Vermeer, y Pieter G., que grabó la protesta con la que pretendían alertar sobre el cambio climático.
Un tercer activista, procesado por haber pegado la mano a la pared donde estaba colgado el cuadro y arrojado un líquido rojo sobre Wouter M., se negó a ser juzgado en régimen acelerado y se espera que comparezca ante el tribunal el viernes.
Los tres individuos fueron detenidos el jueves pasado en Países Bajos después de protagonizar una acción para denunciar el calentamiento global, lanzando un líquido rojo cerca de la conocida pintura "La joven de la perla" en el museo Mauritshuis, en La Haya.
El museo había indicado que la obra, protegida por un cristal, no sufrió daños, aunque sí su marco.
Según Belga, se estima que los daños ascienden a 2.000 euros.
"¿Cómo te sientes al ver algo tan bonito y valioso siendo aparentemente destrozado ante tus ojos? Nos sentimos indignados. Este cuadro está protegido por un cristal. Está bien, pero la gente vulnerable alrededor del planeta no está protegida. El futuro de nuestros hijos no está protegido. Las personas en extrema pobreza tienen que elegir entre calentarse o comer, y no están protegidas", señaló uno de los activistas durante la protesta.