Una sentencia inédita por abusos abre la puerta a un posible "me too" en Cuba

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EFE

El trovador Fernando Bécquer fue condenado a "limitación de libertad" por abusos, pena que las víctimas, que ascienden a 30 denunciantes, tachan de "tibia y poco realista".

Acusan inacción del Ministerio de Cultura -por no impedir que el artista siguiera actuando- y el "abandono" de la oficialista Federación de Mujeres Cubanas.

 EFE (Referencial)

Massy, Claudia, Elaine y Paola comparten con otras mujeres la dolorosa experiencia del abuso, pero su denuncia pública derivó en una sentencia inédita en Cuba, al tiempo que visibilizó el problema y colocó el debate sobre una ley específica de género y otros asuntos.

El trovador Fernando Bécquer (La Habana, 1970) recibió una condena -no firme aún- de cinco años de limitación de libertad por el delito de abusos lascivos, según indicaron a EFE de forma coincidente distintas víctimas y colectivos independientes que siguen estos temas. El escrito final aún no ha llegado a las afectadas.

El Tribunal Municipal de Centro Habana dictó la sentencia el pasado 18 de octubre, tras escuchar los testimonios de seis víctimas, parte de las 30 mujeres que denunciaron hace un año en un medio independiente a este artista de círculos progubernamentales.

La oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC) se limitó a recordar en Twitter su "tolerancia cero" contra la violencia hacia las mujeres y recalcó que en el juicio "todo transcurrió tal como lo establece la ley". No citó al condenado por su nombre.

DENUNCIA

Cinco mujeres señalaron hace un año a Bécquer de haberlas abusado entre 2002 y 2012 en unos testimonios recogidos por la revista digital independiente El Estornudo, cuyo acceso está bloqueado en Cuba. El cantautor calificó las acusaciones de "calumnias" y en un concierto poco después declaró: "Yo no creo nada, yo creo en la Revolución".

Las reacciones, en redes sociales mayormente, fueron mixtas. Del apoyo a las víctimas que alzaron la voz al respaldo a Bécquer ante lo que algunos tacharon de intentos de "difamación" contra su persona e incluso contra Cuba.

Pero poco a poco fueron sumándose nuevos testimonios de presuntas víctimas. Hasta 30.

SENTENCIA

EFE se comunicó con varias víctimas, incluidas las que testificaron, pero todas prefirieron emitir una declaración conjunta cuando la sentencia fuera firme. En redes, algunas expresaron su malestar por la sentencia.

"No ha pasado un día en prisión", lamentó Massiel Carrasquero. "Bécquer seguía suelto, con acceso a sus lugares de 'cacería', con su estatus social sostenido por sus privilegios y libertades y haciendo lo que le daba la gana, incluso acosar a sus víctimas en redes sociales", agregó. La sentencia, a su juicio, fue "tibia y poco realista".

Por su parte, la reconocida escritora Elaine Vilar consideró escuetamente: "Bécquer declarado culpable. Hoy mi vida vuelve a ser vida".

Lilliana H. Balance cargó contra el "silencio institucional", la inacción del Ministerio de Cultura -por no impedir que Bécquer siguiera actuando- y el "abandono de la FMC".

CULPABILIDAD

La académica cubana y experta en temas de Género Aylin Torres consideró en declaraciones a EFE que "a pesar de que la sentencia considera el número máximo de años para ese delito, la medida subsidiaria para la privación de libertad no es adecuada porque no hay razones para pensar que el delito no pueda volver a acometerse".

"El que haya una sentencia de culpabilidad puede ser reparador, sobre todo para aquellas que emprendieron la vía penal", aseguró.

En tanto, la editora del medio cubano con enfoque de género Matria, Mónica Rivero, consideró en diálogo con EFE que la sentencia "es un precedente importante por una razón esencial: es la primera vez".

"Una denuncia que comenzó en la prensa independiente y las redes sociales tuvo la suficiente resonancia para que otras víctimas rompieran el silencio y en última instancia llevaran a los tribunales al victimario. En este caso, además, una persona pública y cercana a las instituciones", resaltó.

Rivero le ve sus peros a la sentencia. Subrayó que lo más importante es "la reparación de las víctimas y la prevención del delito". "Que las sanciones se ajusten a los hechos es también un camino que comienza a recorrerse", añadió.

UNA VIEJA DEMANDA

El caso atizó el debate sobre la necesidad de una ley contra la violencia de género, una vieja demanda de activistas. El nuevo Código Penal cubano tampoco recoge la violencia de género como un crimen específico ni contempla los feminicidios.

La respuesta oficial es que ya existen normativas para atajar el problema, pero las expertas consultadas por EFE coincidieron en que esa normativa protegería a las víctimas y aportaría justicia.

"Su especificidad haría que queden cubiertos los vacíos o desajustes en procesos por maltrato, acoso, abuso o violación", aseguró Rivero y añadió que así "habría una guía esencial para el manejo, la prevención y la sanción de la violencia machista", así como para "la reparación de quien la haya sufrido".

A su vez, Torres comentó que la ley "colocaría el debate en una escala más amplia, compleja y comprensiva que permita pensar procesos de prevención de la violencia, establecer encadenamientos interinstitucionales para afrontarla y que, por supuesto, considere la vía penal, pero no de forma exclusiva".

ME TOO CUBANO

Algunas activistas consultadas por EFE perciben ciertas similitudes en este caso con las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein que acabaron generando el movimiento "me too" en EE.UU.

De hecho en octubre, varias familias señalaron públicamente en las redes sociales al director de un conservatorio por supuesto acoso sexual a sus estudiantes durante cerca de 30 años. Por el momento no ha trascendido la apertura de un proceso legal.

"Aun cuando han existido otras denuncias, no hablaría de un movimiento aún", aseguró Rivero, que apuntó que en EE.UU. se denunció a unos 200 hombres.