Netanyahu vuelve a liderar Israel, por primera vez de la mano de la ultraderecha
Tras gobernar entre 1996 y 1999, y entre 2009 y 2021, juró este jueves por sexta vez como primer ministro.
Al hacerlo minimizó los "lamentos" con que la oposición ha criticado su alianza con políticos que tienen discursos racistas y homófobos.
Cientos de personas protestaron contra el nuevo Ejecutivo en los alrededores del Parlamento.
Netanyahu calmó los ánimos prometiendo gobernar para toda la diversidad de la sociedad israelí -"judíos, árabes, religiosos y seculares"- y destacó temas de política exterior como prioridades.
Benjamín Netanyahu juró hoy por sexta vez como primer ministro de Israel y por primera vez con formaciones de la extrema derecha supremacista judía como socios, aunque repite con los partidos ultraortodoxos, conformando el gobierno más derechista desde 1948, cuando se fundó el país.
La Knéset ratificó con 63 votos a favor, de un total de 120, la formación del 37º Ejecutivo de Israel, encabezado por Netanyahu, líder del derechista Likud, quien juró el cargo seguido de la treintena de ministros que forman su gabinete, sólo cinco mujeres.
"Escucho los lamentos constantes de la oposición sobre 'el fin del Estado' o 'el fin de la democracia', miembros de la oposición, perder las elecciones no es el fin de la democracia, sino la esencia de la democracia", indicó Netanyahu en su intervención previa a la votación, entre los aplausos de sus socios y los abucheos de la oposición.
El primer ministro más longevo de Israel (1996-99, 2009-21) se refirió así a las críticas surgidas en las últimas semanas sobre el programa del gobierno y las intenciones de sus nuevos socios de la extrema derecha, que incluye a políticos con discursos racistas y homófobos, como Itamar Ben Gvir, que en el pasado fue condenado por incitación al racismo y apoyo a grupo terrorista.
POLÉMICOS ACUERDOS DE COALICIÓN
Los acuerdos de coalición, negociados hasta el último minuto de plazo, fueron presentados ayer ante la Knéset e incluyen polémicos puntos como la anexión de Cisjordania ocupada, una reforma judicial que socava la independencia de la justicia, restaurar la pena de muerte para condenados por terrorismo, prohibir la bandera palestina o más financiación y poder para la comunidad judía ultraortodoxa en detrimento de otros grupos religiosos.
También figura en los acuerdos firmados por los seis partidos que integran la coalición -aunque no son vinculantes- la "cláusula de discriminación", que permite a cualquier negocio o profesional como médicos negarse a atender a alguien por motivos religiosos, lo que podría afectar al colectivo LGTBI.
Cientos de israelíes protestaron hoy en las inmediaciones de la Knéset contra este Ejecutivo que perciben como una amenaza a la democracia y a los derechos de las minorías; mientras se desarrollaba la sesión en la que Netanyahu presentó a su nuevo gabinete, expuso sus líneas de acción y juró el cargo.
"Les entregamos un Estado en excelentes condiciones (...) Intenten no destruirlo, pronto estaremos de regreso", apuntó en su intervención el primer ministro saliente y, desde hoy, líder de la oposición, el centrista Yair Lapid. Netanyahu calmó los ánimos prometiendo gobernar para toda la diversidad de la sociedad israelí -"judíos, árabes, religiosos y seculares"- y destacó dos temas de política exterior como prioridades de su gobierno: contener la amenaza atómica iraní y "acabar definitivamente con el conflicto árabe-israelí".
Tras la intensa sesión parlamentaria, que se prolongó durante seis horas, Netanyahu convocó a todos sus ministros a su primera reunión de gabinete esta misma tarde.