Li Qiang, leal a Xi Jinping, fue designado nuevo primer ministro de China

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Los expertos destacan que Li, ex secretario general del PCCh en Shanghái, logró el puesto por haber acatado sin contemplaciones las directrices de la cúpula.

La ANP culminó hoy un proceso renovación estructural después de que Xi consolidase ayer su poder absoluto.

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Li Qiang, número dos del Partido Comunista (Pcch), fue este sábado nombrado como nuevo primer ministro de China a propuesta de Xi Jinping, presidente del país y secretario general de la formación.

Xi, ratificado ayer para un tercer mandato, firmó hoy en el pleno de la Asamblea Nacional Popular (ANP, equivalente a un Legislativo), celebrado en el Gran Salón del Pueblo, la orden presidencial para designar a Li.

Li, anteriormente responsable del mayor polo empresarial del país, Shanghái, tendrá la difícil misión de sentar las bases para la recuperación de la segunda economía del mundo.

Nacido en 1959, Li sustituirá en el cargo a Li Keqiang, que deja la cartera después de diez años en un marcado segundo plano frente a Xi, quien se rodeó de fieles en el pasado XX congreso de la formación, celebrado en octubre, para afianzar su control sobre el régimen.

Li, cercano a Xi, tendrá la misión de reactivar la economía y de avanzar en directrices como lograr la "autosuficiencia científica y tecnológica", una respuesta al veto de Washington a la fabricación de chips estadounidenses para empresas chinas.

La ANP culmina así un proceso renovación estructural después de que Xi consolidase ayer su poder absoluto logrando un tercer mandato presidencial de cinco años (2023-2028).

Para lograrlo, el órgano aprobó en 2018 una enmienda constitucional que eliminaba el límite de dos mandatos consecutivos de cinco años para los presidentes chinos.

Ayer, los diputados dieron también luz verde a un tercer mandato de Xi como presidente de la Comisión Militar Central, cargo que equivale al de jefe de las Fuerzas Armadas del país asiático.

El pasado octubre, Xi revalidó su puesto como secretario general del Partido Comunista Chino. Así, queda reforzado el control del mandatario sobre los tres brazos del poder: el Estado, el PCCh y el Ejército.

PERFIL DE LI

"Es un firme defensor de una mayor apertura del mercado a los inversores foráneos. En Shanghái, era conocido por sus esfuerzos por crear entornos más favorables para los negocios", comenta al diario South China Morning Post el analista Wang Feng del grupo Ye Lang Capital.

"Es probable que dé a las empresas, nacionales o extranjeras, una mayor libertad para realizar transacciones transfronterizas. Podría pedir también a los funcionarios gubernamentales que reduzcan todo tipo de trámites burocráticos", agrega.

Según fuentes anónimas citadas por el diario, los empresarios que han tratado con él alaban su "capacidad de motivar y de escuchar".

"Li sabe cómo motivar a los empresarios para que aumenten sus inversiones en producción y ventas. Y daba prioridad a las empresas no estatales en la búsqueda del crecimiento económico", comenta al periódico un empresario de la ciudad de Wenzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, donde Li fue gobernador entre 2012 y 2016.

ALIADO DE XI

Pero los expertos destacan que Li, ex secretario general del PCCh en Shanghái, logró el puesto por haber acatado sin contemplaciones las directrices de la cúpula, que el año pasado le pidió dureza a la hora de imponer el duro confinamiento de casi tres veces que asoló la ciudad.

Así, en su designación habría pesado sobre todo su obediencia y su amistad personal con Xi, con quien trabajó entre 2004 y 2007 cuanto éste era jefe del Partido en Zhejiang, donde Li comenzó su carrera en unos años en los que China asombraba al mundo con crecimientos anuales cercanos al 10 por ciento pese a los graves desequilibrios que provocaba su modelo, con el auge de desigualdades sociales y altos índices de corrupción.

Cuando Xi se afianzó como presidente en 2013, Li fue ascendido a gobernador de esa región y, posteriormente, a secretario del PCCh en la provincia de Jiangsu para después dar el salto a Shanghái en 2017.

Durante aquellos primeros años, Li acompañó a Xi en varios viajes -por ejemplo, en su vista oficial a Estados Unidos en 2015- y editaba sus discursos: los expertos asumen que su trabajo se limitará a ejecutar las decisiones que tome el presidente.

"Su mayor fortaleza es haber trabajado como consejero de Xi durante años", comenta el analista Andrew Collier, de Global Source Partners, lo que le otorgaría una cierta "autonomía" para tratar los asuntos económicos, aunque bajo la premisa de que hará lo necesario para que Xi no tenga motivos para dudar de su lealtad.

Y es que ser implacables es una de las grandes máximas que la formación anunció en octubre a fin de evitar corruptelas o disensos, algo que el propio Xi recalcó entonces al apelar a la "unidad" y a una "gobernanza más estricta".