El dilema de un hombre que ganó un año de vacaciones pagadas
El afortunado ganó el premio mayor de la rifa en su trabajo, donde el dueño consideraba que nadie lograría el año de vacaciones pagadas.
El caso de un afortunado que ganó un año de vacaciones pagadas en una rifa de su empresa se ha vuelto viral en las redes sociales chinas, porque el hombre debe decidir si se toma el largo descanso o acepta un año extra de salario pero sigue acudiendo al trabajo.
Más de 200 millones de internautas del país asiático han seguido en Weibo -el equivalente a Twitter en China- la historia de Lu, quien ganó hace una semana el mejor premio de una rifa en la cena anual de su empresa en la provincia de Cantón, recoge hoy el diario South China Morning Post.
Hasta el jefe de Lu se sorprendió de la buena suerte del empleado, porque consideraba que nadie lograría el año de vacaciones pagadas porque las oportunidades de lograron eran de una entre mil, según declaró otro trabajador de la compañía a Daxiang News.
En un video publicado por otro de sus compañeros se ve a Lu portando un cheque gigante en el que se lee "365 días de vacaciones pagadas", aunque el afortunado ejecutivo se preguntó quién haría su trabajo cuando él no estuviese.
Poco después, el propio ganador explicó en un video publicado en la red Douyin que la empresa le ofrecía elegir entre el año de vacaciones pagadas o cobrar un año extra de salario pero sin tomarse los doce meses de descanso.
El dilema ha despertado el interés de cientos de miles de personas en el país asiático, donde la cultura del trabajo está fuertemente arraigada.
Quizá por ello, la mayoría de los comentarios se inclinan por que Lu acepte el dinero pero no se tome las vacaciones, ya que temen que acabe perdiendo su trabajo y la compañía contrate a otra persona en su lugar.
El protagonista de la historia, de momento, sigue dándole vueltas al asunto.
Lu declaró que en los últimos años se ha encontrado "cansado", que las vacaciones le darían la oportunidad de pasar tiempo de calidad con su familia y que no temía represalias por parte de su empresa, de la que dudaba que usara su buena fortuna como causa para despedirle.