Luis Almagro violó "obligaciones éticas" por amorío con subordinada en la OEA

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EFE

Así lo determinó una investigación externa, que le reprochó haber faltado a "las disposiciones sobre el sentido común y el buen juicio".

El informe reconoce que el excanciller uruguayo "no ocultó ni disimuló" su relación con la politóloga mexicana Marian Vidaurri, favoreciendo que "se hiciera de público conocimiento desde sus inicios".

 ATON (Archivo)

"Mi acción e intencionalidad era conducirme de forma pública y privada teniendo altamente presente la respetabilidad del rol de secretario general y el prestigio de la OEA", aseguró Almagro como descargo.

La investigación a la que fue sometido el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por haber mantenido una relación íntima con una subordinada, determinó que violó "obligaciones éticas" y disposiciones internas sobre "el sentido común y buen juicio", pero no de forma intencional.

La indagatoria externa se conoció en octubre del año pasado y fue llevada a cabo por el bufete de abogados Miller & Chevalier. Su conclusión es que "el secretario general violó las Reglas y Regulaciones de la OEA en lo que concierne a las disposiciones sobre el sentido común y buen juicio, y las obligaciones éticas adicionales para el secretario general", informó este lunes la agencia EFE.

Al mantener relación íntima con la politóloga mexicana Marian Vidaurri, y permitir que ella continuara siendo parte integral de su equipo de asesores, el diplomático uruguayo "violó sus obligaciones éticas adicionales y contravino el espíritu mismo del 'sentido común y el buen juicio', requerido siempre para todos los miembros del personal y demás proveedores de servicios de la Secretaría General", detalla el informe.

Luis Almagro fue canciller de Uruguay entre 2010 y 2015, y desde ese mismo año está al frente de la OEA. Según los investigadores, su conducta en este caso "no refleja el nivel de intencionalidad necesario para sustentar la ocurrencia de una violación de carácter intencional".

"NO OCULTÓ NI DISIMULÓ LA RELACIÓN"

De acuerdo al informe, Almagro consultó con sus asesores el alcance de las obligaciones sobre conflicto de interés bajo el Código de Ética, y mantuvo una distancia administrativa y jerárquica con la funcionaria suficiente para evitar la configuración de una relación superior-supervisado.

Asimismo, "se recusó de participar en procesos administrativos que afectaran los intereses" de esa trabajadora, "no permitió que la relación íntima interfiriera en el desempeño de sus funciones y no la ocultó, ni disimuló, permitiendo que la relación íntima se hiciera de público conocimiento desde sus inicios".

"Al no haber recibido quejas, denuncias o comentarios formales o informales dentro o fuera de la OEA aludiendo a posibles incomodidades frente a la relación íntima, el secretario general mantuvo su convicción de que con su conducta no infringía sus obligaciones éticas con la OEA", añade ese documento.

Miller & Chevalier estimó que la violación al código ético surge del "no haberse abstenido de trabajar en estrecha colaboración y cercanía con la funcionaria" tras haber iniciado la relación íntima o, en su defecto, haber continuado con la relación mientras trabajaba en estrecha colaboración y cercanía con esa empleada.

MEJORAS SUGERIDAS

La polémica en torno a esa relación se desató poco después de que la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidiera, en septiembre pasado, por mayoría, destituir a su presidente, Mauricio Claver-Carone, por tener una relación amorosa con una subordinada, algo que este último negó.

Miller & Chevalier apuntó que sus hallazgos "sugieren" una revisión de las reglas y regulaciones de la OEA, "de manera tal que en el futuro se evite este tipo de situaciones".

"La OEA se beneficiaría de una regulación más exhaustiva frente a las conductas relacionadas con relaciones íntimas para ampliar su campo de aplicación y que se cuente con un procedimiento a seguir frente los riesgos, reportes y medidas de mitigación aplicables", concluye su análisis, de 121 páginas.

En un documento adicional a la investigación, en el que Almagro da su respuesta a los hallazgos, el secretario general mantuvo su postura de que en ningún momento incurrió en "faltas o deficiencias" en sus funciones al haber mantenido una relación con la funcionaria.

"Todo es evidencia objetiva de que mi acción e intencionalidad era conducirme de forma pública y privada teniendo altamente presente la respetabilidad del rol de secretario general y el prestigio de la OEA, así como de cada uno de los Estados miembros que hacen parte de ella", escribió en su réplica.

El uruguayo aseguró que el sentido común es "difícil de definir" y sostuvo que se apegó a los "fundamentos más objetivos que pueden existir respecto al mismo" buscando opinión de terceros y documentándose legal y éticamente.