Polonia: Banda envenenaba a ancianos para quedarse con sus casas
Al menos cinco personas fueron asesinadas con alcohol adulterado, y los criminales tenían planeado matar a otras seis.
Los hechores se ganaban la confianza de sus víctimas y las convencían para modificar sus testamentos o entregarles poderes legales.
La fiscalía de Varsovia informó este lunes que procesará a un grupo de personas que presuntamente asesinaron a cinco ancianos con alcohol adulterado para quedarse con sus propiedades.
La oficina del fiscal del distrito varsoviano de Praga explicó que una banda compuesta por seis personas será juzgada a partir del 12 de julio por "cinco delitos de asesinato, seis intentos de homicidio y 18 delitos de fraude documental" cometidos en los últimos cinco años.
Según la información facilitada, tres de los acusados se dedicaban a buscar a personas solitarias de avanzada edad y sin familiares, que se encontraban en situación vulnerable y que poseían algún inmueble, a las que se aproximaron para entablar una amistad y cultivar su afecto.
Después de conseguir, con pequeños favores y ayudándoles en tareas domésticas, que estas personas les considerasen dignos de confianza, les convencían para dictar un testamento favorable a ellos o firmar poderes que les permitiesen gestionar sus bienes.
A continuación, les proporcionaban alcohol adulterado con isopropanol para envenenarles poco a poco y, cuando fallecían, se apoderaban de sus viviendas gracias a la colaboración de un notario que actuaba como cómplice.
La investigación de la fiscalía reveló que esta banda acabó con la vida de al menos cinco víctimas y actualmente se preparaba para eliminar a otras seis tras haberse ganado su confianza.
Una de estas últimas era una pensionista de Varsovia en cuyo domicilio la policía encontró una botella de agua de 1,5 litros con un alto contenido de isopropanol.
En el momento de la detención, la policía halló en posesión de los acusados el equivalente a 90.000 euros (76 millones de pesos chilenos) en metálico, varios automóviles y ocho propiedades inmobiliarias que habían pertenecido a los fallecidos, así como deudas de más de 110.000 euros (93 millones de pesos chilenos), contraídas a nombre de las víctimas que aún estaban con vida.
Las autoridades fueron puestas sobre la pista de la banda por el testimonio de una mujer que mantenía una relación con uno de los integrantes del grupo delincuente, cuyo cometido era verificar en el registro qué propiedades poseían los ancianos.