Declaran culpable a imputado por el crimen de la lavadora en Quilpué
Eduardo Lagos, condenado a homicidio calificado, apuñaló 37 veces a un amigo y luego ocultó su cuerpo en el electrodoméstico.
Fiscalía 20 años de cárcel y la familia de la víctima, presidio perpetuo.
El Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Viña del Mar, en la Región de Valparaíso, declaró culpable a Eduardo Lagos Gonzáles, de 31 años, por el asesinato de un amigo, Diego Varas, de 21, ocurrido en enero del año pasado en la comuna de Quilpué, conocido como "crimen de la lavadora".
El juez Manuel Muñoz, encargado de leer el veredicto, señaló que fue posible acreditar que el sujeto apuñaló a la víctima en 37 ocasiones y luego ocultó el cuerpo dentro del referido electrodoméstico, en su domicilio.
El hecho quedó al descubierto luego de que el padre del victimario denunció que éste le había confesado que mató a una persona y necesitaba un vehículo para trasladar el cadáver.
Por ello, la Fiscalía le imputó el delito de homicidio calificado con ensañamiento, pues los antecedentes sostienen que le causó dolor inhumana y deliberadamente, y solicitó una pena de 20 años de cárcel.
La familia, como parte querellante, pide presidio perpetuo, es decir, que el condenado pasará el resto de su vida en prisión, pero podrá optar a beneficios -como la libertad condicional- recién cuando haya cumplido 20 años tras la rejas.
La fiscal Daniela Quevedo sostuvo que "la conducta del acusado aumentó deliberadamente el mal del delito, causando otros males innecesarios para su ejecución. Con 37 heridas cortopunzantes en el cuerpo de la víctima, entiende el Ministerio Público que sí concurre esta circunstancia calificante, porque existió de parte del acusado voluntad de hacer sufrir de forma innecesaria a la víctima".
"Todas (las lesiones) fueron vitales, indicó el perito. ¿Qué significaba esto? Que fueron provocadas cuando Diego se encontraba con vida", agregó la persecutora.
"HUMILLACIÓN HASTA LA AGONÍA"
En los alegatos de apertura, la abogada querellante Gabriela Montecinos hizo alusión a un crimen de odio. En la clausura del juicio, en tanto, aseguró, además, que la víctima fue humillada.
"La violencia que implica las lesiones en cara, rostro y cabeza, con estas 37 heridas que quedaron acreditadas, desfiguró su rostro, lo cual ya es una deshonra para éste, y habiendo comenzando estas agresiones, lo arrastra, lo toma y lo introduce en la lavadora, en esta bodega aledaña al inmueble, donde vemos que la humillación a la que fue expuesta Diego fue hasta la agonía", señaló la letrada.
"Por lo tanto, magistrados, entendemos que se trata de un ensañamiento moral, sumado a la forma en la que deja a la víctima en este lugar, como es encontrada", enfatizó Montecinos.
DEFENSA DESCARTÓ CRIMEN DE ODIO
El defensor Hugo Leal no cuestionó el delito, pues su representado confesó el crimen, aunque sí discutió sobre la calificante de ensañamiento: "Reconoce haber provocado estas lesiones de carácter mortal o letales, en cuanto haber provocado al menos dos que finalmente llevaron al lamentable fallecimiento de don Diego", dijo el abogado.
"Hay ciertos elementos relevantes en esta confesión. A nuestro juicio, resulta creíble que estas lesiones de carácter superficial que mantenía en el rostro no pueden ser imputables a mi representado y se condice con lo que el señor Lagos denominó una 'apurada', en circunstancias vinculadas a la droga y al tráfico", indicó el jurista.
"El querellante en su apertura habló de un crimen de odio. ¿Cuál sería, su señoría, este odio? El doctor Restrepo que la teoría del caso de la Brigada de Homicidios fue un crimen pasional, porque tiene por presupuesto esta supuesta relación sexual, que solamente está en los dichos del doctor", añadió Leal.
En la audiencia, el imputado renunció a su derecho a guardar silencio y prestó declaración, cuya difusión fue prohibida por el tribunal.
La sentencia será entregada el próximo 17 de julio.