Gobierno aumenta en 47% presupuesto para combate de incendios forestales
El plan, que se implementa para cada temporada, considera también medidas de prevención: "No tengamos conductas de riesgo", pidió el Presidente Boric.
Los recursos permitirán mantener 70 aeronaves y 311 brigadas terrestres a lo largo del país.
En la presentación del plan, en Valparaíso, el Mandatario adelantó también que dará urgencia a la discusión de la ley que crea el Servicio Nacional Forestal, para sustituir a la actual Corporación Nacional Forestal.
El Presidente Gabriel Boric anunció este jueves un presupuesto de 148.000 millones de pesos para combatir los incendios en verano, lo que supone un aumento del 47 % con respecto a la temporada anterior, que fue una de las más devastadoras en los últimos años.
Los recursos permitirán mantener 70 aeronaves (40 helicópteros, 26 aviones y 4 aeronaves de coordinación) y 311 brigadas terrestres en las 16 regiones del país.
"No tengamos conductas de riesgo, no hagan fuego en zonas no habilitadas, si van a un parque no dejen basura, y a quienes trabajan en el campo les pido (...) no trabajar en faenas silvoagropecuarias en las horas de más calor porque una chispa basta para generar un incendio", indicó el mandatario.
Desde la Región de Valparaíso, una de las más afectadas por la sequía que sufre el país desde hace más de una década, Boric indicó también que el Gobierno ordenará discutir con urgencia en el Parlamento el proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal (Sernafor), que busca sustituir al actual Corporación Nacional Forestal (Conaf).
"Estamos en una crisis climática que está afectando a todo el mundo y esta crisis no reconoce fronteras. Da lo mismo si eres un país desarrollado o en vías de desarrollo", dijo el gobernante, tras recordar que hace unas semanas Canadá vivió unos devastadores incendios.
Chile vivió la ola de incendios más mortífera el pasado verano, entre los meses de febrero y marzo, que fue especialmente intensa en regiones del centro sur del país, como La Araucanía, Biobío y Ñuble.
Los fuegos, provocados por un aumento de las temperaturas fuera de lo normal en la zona y el impacto de un modelo forestal basado en el monocultivo de pino y eucaliptos, dejaron 27 personas fallecidas, más de 7.700 personas damnificadas y casi 2.500 viviendas destruidas.
Aunque el país ha vivido uno de los inviernos más lluviosos de los últimos 15 años, los expertos alertan que la sequía no se ha erradicado y que existe una gran probabilidad de que se desarrolle vegetación fina y muerta en la zona centrosur, y pronostican además un alargamiento del verano.