Pasajero de avión fue detenido por agredir sexualmente a una azafata

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EFE

Un estadounidense de 41 años fue custodiado por agentes de la Policía y la Guardia Civil españolas durante un vuelo de Madrid a Cancún.

También se acusa que el sospechoso insultó y amenazó a otros pasajeros, e incluso golpeó a uno.

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Tras beber una botella de whisky que ingresó al avión, el sujeto además amenazó con encerrarse en el baño y causar un incendio.

Dos agentes de la Policía Nacional española y dos de la Guardia Civil, todos fuera de servicio, detuvieron a un hombre como presunto autor de una agresión sexual a una azafata en pleno vuelo desde Madrid a Cancún, ciudad en la que entregaron a las autoridades mexicanas al pasajero.

El arrestado, un estadounidense de 41 años, es acusado de insultar y amenazar a otros pasajeros, propinar varios puñetazos a uno de ellos y realizar tocaciones a la trabajadora, informaron a EFE este martes fuentes policiales.

Según uno de los testigos, el hombre tocó a la azafata con una actitud que calificó de "manoseo", lo que podría ser constitutivo de un delito de agresión sexual.

Además, el presunto agresor había bebido una botella de whisky que había introducido en el avión, y amenazaba con encerrarse en el baño y causar un incendio o encender las alarmas de fuego con un encendedor.

CUSTODIADO POR CINCO HORAS

Los hechos ocurrieron en un vuelo entre Madrid y Cancún operado por la empresa World2fly, de la compañía española Iberostar.

A mitad del trayecto, cuando el avión atravesaba el océano Atlántico y ante la situación de inseguridad que estaba provocando el pasajero, la tripulación solicitó que, de haber algún miembro de las fuerzas de seguridad del Estado, lo notificaran. Los agentes que viajaban en el vuelo no se conocían y se pusieron a disposición del comandante de la aeronave.

Según el relato al que tuvo acceso EFE, el piloto les comunicó que, tras activar el protocolo correspondiente a estas situaciones y ante la voluntad de la empresa de interponer una denuncia contra el pasajero conflictivo, los cuatro agentes pasaban a ser la máxima autoridad del avión y responsables de su seguridad.

Encontraron al estadounidense, de unos 1,85 metros de altura y complexión fuerte, en la última fila de asientos del avión -lugar que posteriormente descubrirían que no le correspondía- exhalando el humo de un cigarrillo electrónico hacia el resto de pasajeros.

Al percatarse de la presencia policial, trató de huir y forcejeó con los agentes,  pero finalmente fue reducido e inmovilizado con unas bridas de plástico.

Posteriormente, los agentes localizaron el encendedor en un bolsillo de la chaqueta, un destornillador punzante en su neceser y su pasaporte, lo que permitió identificarlo como un ciudadano estadounidense nacido en 1982.

Los miembros de las fuerzas de seguridad custodiaron al hombre durante las cinco horas restantes del vuelo, durante las cuales se dedicó a continuar insultando al resto de pasajeros y a los propios agentes.

Una vez aterrizados en Cancún, el hombre pasó a disposición de tres agentes de la Guardia Nacional mexicana, quienes se hicieron cargo de su custodia.