Manuel Canales y el estallido: La clase dirigente no tiene proyecto de sociedad

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Autor: Cooperativa.cl

A cuatro años del 18-O, el sociólogo observa "rabia, impotencia y conformismo" tanto en quienes apoyaron como en los que rechazaron las protestas desde la sociedad civil.

"Queda la pregunta abierta: ¿se sostiene Chile con este modelo? Y si no, ¿qué hacemos para que la educación y la salud no sean el desastre de hoy?", dijo en Cooperativa.

 ATON (archivo)

El académico enfatizó que "hoy nadie habla por octubre", y opinó que la lectura crítica del proceso tiene que ver con el foco en la violencia que se instaló durante los últimos años.

El sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile Manuel Canales reflexionó en torno al cuarto aniversario del estallido social del 18 de octubre del 2019, y señaló que actualmente la clase dirigente "no tiene proyecto de sociedad" ni mirada de futuro a partir de las movilizaciones y demandas de entonces.

En conversación con El Diario de Cooperativa, el académico criticó: "No he escuchado ni una palabra de futuro en las clases dirigentes. Vuelven a antiguos fantasmas, pero ¿dónde está la propuesta de respuesta a lo que entendieron? Yo creo que la clase dirigente entendió lo que les plantearon en octubre. Otra cosa es que ahora ya no quieran saber que lo entendieron".

  • Las condiciones que permiten que llegara un estallido social a nuestro país están marcadas por la desigualdad, el abuso, las pensiones, los derechos sociales. Aparte de las consecuencias, de la destrucción y los efectos negativos. Esa desconexión entre la élite política y el mundo social, ¿tuvo esta expresión y se justifica en la retrospectiva que podemos hacer ahora?

El tipo de desigualdad chilena fundada en nacimiento, amplificada por el neoliberalismo, no porque el neoliberalismo la cree ni la aumente, sino porque le da toda la forma pura y dura. Es decir, el que es de este lado tiene isapre, el que es de este lado tiene Fonasa, el que es de este lado tiene colegios particulares, los otros a esos juegos entre subvencionados y municipales, todos se parten en dos. La ciudad se partió en dos, y no en parte simétrica. Entonces, efectivamente, eso es lo que explota en octubre. Y no es un día, no es un estallido del 18, no es una fecha que uno fije en el calendario. Esto es en la historia social de Chile. Un periodo más largo, y viene con historia de antes, y seguimos en su historia hasta ahora.

Quiero recordar lo que decía Alfonso Swett (expresidente de la CPC): hemos visto un malestar, se ha visto un cansancio, dijo. Se ha escuchado un grito colectivo fuerte. Es un llamado que tenemos que acoger. Él era el presidente de los empresarios. Que tenemos que acoger, repetía, con mucha humildad, a reconstruir la seguridad social, decía, la seguridad social. Mírense la lucidez de la clase empresarial en ese momento. Eso es todo. Y eso es lo que sigue pendiente. Tenemos que reconstruir la seguridad social.

  • ¿Por qué no ha surgido efectivamente una suerte de "nuevo orden"?

No hay repertorio de quiénes son los dirigentes para, y cuando digo repertorio no estoy diciendo que sean mezquinos o no tengan, sino simplemente de que no tienen repertorio como proyecto de sociedad. Piense usted que la clase dirigente actual fue la que sí tenía una respuesta extraordinaria a la crisis chilena a finales de los 70, no sólo era la dictadura terrible, sino también fue la lucidez del proyecto neoliberal con el que fundaron una sociedad en la que nos entrenamos y hasta nos conformamos, hubo conformismo durante muchas décadas. Eso mismo es lo que ahora no hay. No he escuchado ni una palabra de futuro en las clases dirigentes. Vuelven a antiguos fantasmas, pero ¿dónde está la propuesta de respuesta a lo que entendieron? Yo creo que la clase dirigente entendió lo que les plantearon en octubre. Otra cosa es que ahora ya no quieran saber que lo entendieron.

  • ¿Y por qué, por el contrario, la gente cuando es consultada en las encuestas parece que va mirando con más distancia lo que ocurrió en el año 2019?

Octubre tiene mucha eficacia histórica, porque trae mucha historia detrás. No es una aparición momentánea, tiene mucho fondo. Y porque trae mucha historia por futuro, habrá que responder a esa demanda. Y en eso estamos. Pero octubre duele. Octubre en sí mismo no es nada bueno. Las protestas en sí mismas no eran nada bueno. Otra cosa es que alguien lo viva como catarsis, pero son dolorosas. Destruyen un poco, sí. ¿Y es que acaso se le puede pedir a los marchantes que construyan? ¿No es el sistema político, lamentablemente desconectado profundamente, como nunca lo había visto yo, de las demandas sociales, por lo pronto a la izquierda, populares, el que debe elaborar una respuesta? Fíjese que no me sorprende que haya una suerte de equilibrio, o incluso un predominio de una visión negativa de algo que ha sido puesto como la destrucción. De hecho sorprende que todavía haya gente que esté de acuerdo con eso que nos presentan como octubre. No olvide que estamos hablando de la lectura que se ha hecho de octubre a partir de los últimos dos años. Después del descalabro en que octubre no fue representado en la constituyente anterior, y se reemplazó su agenda

La política tiene que volver a la escena de una sociedad partida en dos que no se soporta. Salvo por periodos como los que fueron entre el año 90 y 2005, el gran apogeo y consenso neoliberal democrático de Chile, pero antes es la patria joven, es la Unidad Popular, es el golpe, es la protesta. Y luego es octubre.

  • Usted ha dicho que las protestas fueron "dolorosas", porque son en torno al dolor, entonces preguntar respecto a eso

Me preguntaron en ese año dos, después o tres, si yo celebraba el 18 de octubre, y le dije, ¿cómo vas a celebrarlo? Hay que entenderlo, pero octubre fue duro. Tiene momentos notables por lo demás, por cierto, de hecho la marcha, podría usted hacer la misma pregunta, ¿recuerda usted la marcha del 25? Y diría usted que eso fue especialmente negativo o positivo, probablemente el resultado es distinto. Pero no hay memoria de aquello, porque además de ser duro, nadie querrá contar la parte de los que pusieron la música. ¿Quién habla por octubre hoy día? Nadie, y no ha hablado nadie por octubre, desde octubre. Y eso de octubre no tiene representante, no tiene voz, no era ni el primera línea, ni era el progresismo ecologista, o feminista, o indigenista, o descentralizador, ni era ni el autoritarismo, ni en la izquierda clásica, ni la nueva izquierda. Entonces, lo mismo que en las protestas, ¿quién habló de los jóvenes pobladores?

  • ¿Qué efecto, qué dejó y qué quedó de octubre? ¿Qué cambio pudo impulsarse alguno? Porque lo que vimos luego fue el regreso de una sensación de inseguridad a una búsqueda de autoridad. ¿Qué logró octubre en ese sentido?

Octubre no viene a dejar nada quieto, octubre solo dijo téngase presente esta demanda y vean cómo la responden, y no ha habido respuesta. Que luego se viva, esto yo he estado en reuniones con múltiples personas y veo, por ejemplo, entre los que estaban cerca de aquello, unos decepción, otros rabia por una suerte de traición, como fuere, impotencia, no conformismo. Pero por el lado adverso, si cabe identificarlo, tampoco veo esperanza, tampoco veo una idea de futuro, también veo impotencia. ¿Cuál es la impotencia del otro ante la inseguridad?

¿Qué dejó? Depende de lo que queramos aprender como sociedad. Si la clase dirigente quiere cerrarse y reducir esto, como trataron de reducir la Unidad Popular a unos esquemas de degenerados, me acuerdo yo lo que contaban después del golpe y veía uno en la tele una historia terrible de lo que era Allende y su gente. Así se hace ahora con octubre prácticamente, se le reduce toda esta otra potencia que fue la que nos tiene por lo demás en la historia andando. Entonces lo que queda, yo creo, es la pregunta abierta para Chile: ¿Esta sociedad se sostiene con este modelo? ¿Puede este modelo dar la seguridad social que entendió la clase empresarial que es lo que se requiere sí o sí? Y si no, ¿qué hacemos con este modelo para que pueda haber una salud, una educación que no sea el desastre que tenemos hoy día? Y no por este Gobierno ni por la pandemia, sino por lo que viene ocurriendo desde el 2005, que esto comienza con los pingüinos. Y sigue ahora con la crisis de los emblemáticos y de todos los colegios finalmente.