China Hoy: Manos fuera del volante
Las empresas chinas están personalizando los sistemas de navegación en función de las características específicas de cada ciudad.
Los vehículos sin conductor de la plataforma Apollo Go circulan por las calles de la ciudad de Shenzhen.
- Este es un artículo de la revista China Hoy, que puedes leer completo en este enlace gracias al acuerdo con Efecto China.
Para los aficionados a la ciencia ficción, los vehículos autónomos han sido durante mucho tiempo uno de los temas más icónicos y reconocibles del futuro. Desde Herbie, el adorable Volkswagen Beetle en Cupido Motorizado (1968), hasta el vengativo Plymouth Fury en Christine (1983) y el Batimóvil rugiendo por las calles de Ciudad Gótica, la conducción autónoma ha capturado la imaginación humana con su capacidad para redefinir la relación entre los seres humanos y los vehículos, así como su aterrador potencial para salirse de control.
Esta antigua fantasía se ha convertido en realidad en el Área de Desarrollo Económico y Tecnológico de Beijing, una zona más conocida como Yizhuang, ubicada en el sureste de la capital china. Yizhuang, que alguna vez fue una tranquila zona rural de tierras de cultivo, se ha transformado en un centro tecnológico ciberpunk en la vida real, donde enjambres de robotaxis sin conductor deambulan cautelosamente.
Estos robotaxis ofrecen una experiencia sorprendentemente parecida a los servicios de transporte tradicionales, con la excepción de que no hay nadie detrás del volante. Desde afuera parece un taxi normal, salvo por los numerosos sensores, radares y cámaras montados por todo su cuerpo.
Con estos dispositivos, el automóvil puede girar, detenerse, cambiar de marcha, cambiar de carril y navegar por el tráfico de paradas y arranques por sí solo. En la pantalla integrada en el respaldo de los asientos delanteros, los pasajeros pueden ver un mapa detallado de todos los objetos con que se encuentra el vehículo, como peatones, automóviles y edificios.
Nos guste o no, el futuro ya está aquí.
CAMBIO DE MARCHA
La mayoría de los robotaxis que circulan en la zona son operados por Apollo Go, un servicio de transporte lanzado en 2021 por Baidu, el gigante tecnológico detrás del motor de búsqueda más popular de China.
Ya que la mayoría de los robotaxis de Apollo Go en Yizhuang cuentan con un operador de seguridad por si algo sale mal, solo un número limitado de personas afortunadas y particularmente valientes tienen la oportunidad de viajar en un taxi totalmente autónomo. "No se puede elegir si la cabina viene con un operador o no. Es como abrir una caja misteriosa", dice al semanario Beijing Review Zhao Anlin, un entusiasta de automóviles de 25 años de Yizhuang. Para Zhao, dar paseos en robotaxi se ha convertido en una rutina diaria e incluso en una especie de adicción. "A veces, hago pedidos y los cancelo hasta conseguir un taxi totalmente autónomo", explica.
Sin embargo, para la mayoría de las personas, la característica más atractiva de un robotaxi en esta etapa es el precio con grandes descuentos, lo cual es parte de la estrategia de la compañía para atraer a más usuarios primerizos. Un viaje de 25 minutos dentro de Yizhuang normalmente cuesta 35 yuanes (4,8 dólares) en DiDi Chuxing, una de las aplicaciones de transporte privado más grandes de China. A su vez, en Apollo Go cuesta solo 11 yuanes (1,5 dólares).
Si bien el precio no es rentable y la experiencia de la compañía en fabricación de automóviles es relativamente limitada, Baidu ha logrado emerger como líder en el sector de vehículos autónomos de China con el respaldo del Gobierno y el desarrollo de Kunlun Xin, su propio chip de inteligencia artificial. De hecho, es considerada una de las tres principales empresas a la vanguardia de dicho sector a nivel mundial. Las otras dos son Waymo, propiedad de Google, y Cruise, una subsidiaria en gran medida autónoma de General Motors.
Hasta la fecha, Apollo Go opera en 11 ciudades importantes chinas y también recibió el primer permiso del país para ofrecer un servicio totalmente autónomo en carreteras abiertas en Beijing, Chongqing, Wuhan y Shenzhen. Hasta el 17 de octubre de 2023, se habían realizado más de 4 millones de viajes a través de la aplicación desde que fue lanzado el servicio en 2021.
Junto con Waymo, Cruise y otras empresas, Apollo Go ha logrado lo que la industria automotriz llama la capacidad del Nivel 4. La industria ha dividido su progreso tecnológico en seis niveles: desde el Nivel 0, donde los humanos tienen el control total del vehículo, hasta el Nivel 5, donde no se requiere ninguna intervención humana. En el caso del Nivel 4, o alta automatización, los vehículos pueden andar totalmente por sí solos siempre que permanezcan dentro de determinadas áreas.
Además de Baidu, hay otra serie de empresas como Pony.ai, SenseTime, Neolix y HAOMO.AI, que también han lanzado sus modelos de automóviles autónomos. A la vez, hay otras tantas compañías locales de vehículos de nueva energía, como XPENG y Li Auto, que están optando por un camino diferente.
"Muchas empresas están invirtiendo en tecnologías de vehículo autónomo, pero están siendo más cautelosas", señaló recientemente Brady Wang, analista de tecnología de Counterpoint Research, al diario South China Morning Post.
Estas empresas se han concentrado en el desarrollo de servicios de piloto automático de Nivel 2 como una actualización de software superior para sus modelos de nueva energía. Si bien los conductores humanos aún necesitan monitorear la mayoría de las tareas, el modo de piloto automático permite que el vehículo tome el control brevemente cuando se activa. "Si bien los automóviles de Nivel 4 requieren una actualización completa del sistema de tráfico, el modo de piloto automático está más preparado para dar el salto tecnológico y convertirse en un producto comercialmente viable", puntualizó Yu Qian, director ejecutivo de QCraft, una startup de conducción autónoma de China.
Aunque la industria se encuentra dividida respecto a qué estrategia es mejor, todas las empresas están empeñadas en un objetivo: hacer despegar sus propios proyectos sin conductor lo más rápido posible.
UN VIAJE DIFÍCIL
La industria siempre parece estar a un paso de alcanzar el Nivel 5, la etapa final. Durante años, las empresas han prometido la incorporación de vehículos autónomos dentro del paisaje urbano. Pero ese futuro, al parecer, siempre está fuera de su alcance.
La tecnología de conducción autónoma actual está bastante avanzada en condiciones de tránsito normales, donde se debe cambiar de carril, estacionar o reducir la velocidad al acercarse a un paso peatonal. Sin embargo, con vehículos que se pasan entre un carril y otro, peatones imprudentes y motociclistas que se aparecen de forma repentina, los vehículos autónomos seguramente se encontrarán con situaciones más allá de sus capacidades programadas.
Además, cada ciudad china tiene su propia disposición. Un sistema que funciona bien en Beijing, donde las calles son anchas y rectas, puede fallar en Chongqing, un municipio montañoso con colinas empinadas y calles estrechas. "El entorno urbano real es mucho más complicado de lo que uno se imagina. La planificación, las políticas y los estilos de conducción difieren de una ciudad a otra", indicó Cai Na, vicepresidenta de HAOMO.AI, una startup china de conducción autónoma, en entrevista con la revista MIT Technology Review.
Por esta razón, las empresas chinas están personalizando los sistemas de navegación en función de las características específicas de cada ciudad. Esto representa una gran oportunidad a la vez que un desafío formidable. "Los escenarios complejos pueden generar datos más valiosos para ayudarnos a mejorar nuestra tecnología", apuntó Mo Luyi, vicepresidenta de Pony.ai, al diario China Daily. No obstante, este tipo de complejidades también podría impedir que la industria penetre en un mercado más amplio, ya que el coste de crear sistemas de navegación específicos para cada ciudad es extremadamente alto.
Durante la Conferencia Mundial de Vehículos Inteligentes Conectados 2020 en Beijing, China lanzó un plan que exige que el 20% de todos los vehículos nuevos tengan capacidad de Nivel 4 para 2030.
Si bien muchos expertos han expresado su confianza en el desarrollo de la tecnología sin conductor, aún está por verse cómo China cumplirá su objetivo para 2030.
ZONA DE AMORTIGUAMIENTO
Los vehículos autónomos siguen siendo una industria de nicho, pero la tecnología ya ha llegado a varias áreas, incluidos el transporte público, la entrega a domicilio y la venta inteligente.
En Yizhuang, los robotaxis no son los únicos vehículos automatizados que se ven en las calles. Los minibuses autónomos desarrollados por QCraft se mueven con regularidad entre varios campus universitarios de la zona.
Las máquinas expendedoras automáticas operadas por Neolix se desplazan en varias intersecciones y ofrecen a los transeúntes una selección de comida callejera china clásica.
Varias empresas de entrega rápida, incluidas SF Express y JD Logistics, también han lanzado sus vehículos de entrega autónomos para liberar a los repartidores del tedio de recoger paquetes en depósitos distantes.
Literalmente, la tecnología ha despegado. En Shenzhen, un importante centro para vehículos autónomos en la provincia de Guangdong, drones operados por Meituan, un gigante chino de entrega, transportan regularmente alimentos y comestibles desde miniaeropuertos construidos en centros comerciales hasta puntos de recogida cerca de zonas residenciales.
BYD, una empresa china líder en vehículos de nueva energía, también lanzó un sistema de tránsito ferroviario totalmente autónomo llamado SkyShuttle en Shenzhen. El sistema, que corre sobre una vía elevada que serpentea a través de edificios de gran altura densamente poblados, está diseñado para combatir la congestión vehicular y facilitar un sistema de transporte más integrado verticalmente.
Al crear puntos de conexión pequeños entre la tecnología, las empresas y los consumidores, estos servicios no atendidos ya están allanando el camino para el uso generalizado de vehículos autónomos y podrían estar a punto de transformar toda la estructura del transporte moderno.
Combinados, estos servicios y vehículos están impulsando la carrera de China hacia un futuro totalmente sin conductor.
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