Primer Ministro francés acusa “competencia desleal” en la producción agrícola de países de la UE
Ya van 10 días desde que los agricultores galos iniciaron las manifestaciones y para este lunes se espera que corten los accesos a París.
Las reglas medioambientales adoptadas por la legislación francesa hacen que frutas y verduras importadas se vendan más baratas que aquellas producidas en Francia.
El ministro de Agricultura francés ha descartado un cierre de fronteras para productos españoles e italianos.
Bajo presión por el anuncio del corte de los accesos a París por parte de los agricultores, el Gobierno francés del presidente Emmanuel Macron apunta ahora el dedo a "la competencia desleal" de socios de la Unión Europea (UE) como España e Italia.
A 24 horas del posible bloqueo de la capital, el primer ministro recientemente designado por Macron, Gabriel Attal, pronunció este domingo un discurso dominado por palabras como "independencia" y "soberanía" en el que también cuestionó el funcionamiento de la UE.
"Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas (fitosanitarias) que a otros (países) no", criticó Attal, en un discurso pronunciado poco después de visitar una explotación agrícola en Indre y Loira, en el centro de Francia.
El jefe de Gobierno mencionó que al menos un 40 por ciento de las frutas y verduras se importan sobre todo desde España e Italia, debido al freno productivo que supone para Francia ciertas reglas medioambientales adoptadas en su propia legislación y aseveró que propondrá a sus socios comunitarios "más medidas" para blindar la soberanía alimentaria francesa.
Las declaraciones de Attal, que integra un gobierno considerado pro-UE, han llamado la atención ya que podrían poner en cuestión el propio funcionamiento del mercado único del bloque comunitario.
No obstante, en una entrevista al canal BFMTV, el ministro de Agricultura de Francia, Marc Fesneau, descartó "un cierre de fronteras" para productos españoles o italianos como ha demandado la ultraderecha, porque sería contraproducente para la propia industria agrícola francesa si los países vecinos llegasen a hacer lo mismo.
El descontento de los agricultores
Durante los más de 10 días que se ha extendido esta revuelta, muchos de los manifestantes se han quejado de la entrada de productos agrícolas llegados especialmente de España, pues consideran que representan una competencia desleal por su bajo precio y que sus estándares medioambientales son peores que los franceses.
Poco antes de su discurso, Attal acudió de nuevo a una explotación agrícola con la esperanza de desactivar una protesta que había dado los primeros signos de desinflarse el sábado.
Pero ni la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA) ni la de Jóvenes Agricultores (JJAA) de la región parisina han dado su brazo a torcer y anunciaron que van a bloquear los accesos a la capital "de manera indeterminada" a partir de este lunes 29 a las 13:00 horas local.
Otra organización, Coordinación Rural, aseguró que viajarán a París con la meta de bloquear el mercado internacional de Rungis (afueras), que es considerada la mayor feria de productos frescos en el mundo.
El Ejecutivo ha asegurado que no tiene intención de enviar efectivos policiales para disipar las protestas, que juzga como "pacíficas" aunque se bloqueen infraestructuras públicas.
De momento, se han registrado esporádicos episodios de violencia, como la quema de la fachada de la delegación del Gobierno en la ciudad de Agen (sur de Francia), el pasado miércoles. Y también el viernes, otros dos edificios públicos resultaron calcinados por los manifestantes: el de la Mutualidad Social Agrícola en Narbona (sur) y el de las Aduanas en Nimes.
En la mira pactos con el Mercosur
Los acuerdos de libre comercio entre la UE y otras regiones del mundo están bajo el punto de mira de los agricultores y ganaderos galos.
Puesto que el sector acusa que estos pactos son negativos para sus intereses, porque dejan entrar en Francia productos a precios mucho más bajos, como dicen que sucede con aquellos provenientes de Brasil o de Ucrania, dos potencias agrícolas en la exportación de cereales y de carnes como el pollo.
Uno de los acuerdos más criticados ha sido el de la UE-Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) que debe ser ratificado por los 27 Estados miembros de la UE tras el pacto político de 2019, que tardó más de 20 años en alcanzarse.