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"Director, ¿nos vamos a morir?": testimonios relatan críticos momentos durante los incendios

Publicado:
- Periodista Digital:
Cooperativa.cl

Relatos tanto del Jardín Botánico como del campamento Manuel Bustos fueron comunicados a Cooperativa, a fin de dar a conocer su situación luego de los voraces siniestros.

 ATON (referencial)

Las llamas propagadas en las provincias de Valparaíso y Marga Marga cobraron la vida de 123 personas y quemaron una superficie de 9.300 hectáreas hasta el momento.

Varios son los testimonios que a Cooperativa han relatado distintas víctimas de los incendios en las provincias de Marga Marga y Valparaíso, los cuales cobraron la vida de 131 personas y quemaron 9.300 hectáreas hasta el momento.

Uno de estos testimonios los contó Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico, quien detalló los últimos momentos que vivió el espacio natural antes que las llamas arrasaran completamente con el lugar y se llevaran la vida de la funcionaria Patricia Araya, junto a su madre y dos de sus nietas menores de edad.

"Yo viví toda la experiencia desde el Jardín. Yo estaba aquí desde las dos de la tarde y escuchamos del incendio Melosilla-Las Tablas, que se había propagado a la reserva de Peñuelas. El viento siempre ha sido de suroeste a noreste, por lo que no teníamos ni una opción que nos afectara el fuego", contó el director.

Sin embargo, de un momento a otro, "todo cambió. Los meteorólogos nos dijeron que hubo un cambio inusual: el viento era de sur a norte, entonces (el siniestro) avanzó 30 a 40 kilómetros en pocas horas hacia nosotros", agregó Peirano.

Posteriormente, relató que cerraron el lugar por el viento "y, ya estando todos de vuelta en casa, apareció el incendio aquí al frente del Jardín, el cual no hizo el recorrido del estero: no bajó, 'saltó' por encima y se prendieron como cuatro puntos al unísono. Fue un caos. Parecía una película de terror".

Ante el peligro, "tratamos de sacar el máximo de cosas, las pusimos en los prados y la gente me preguntaba 'director, ¿nos vamos a morir?'. Era terrible. Fueron horas de sufrimiento sin saber si íbamos a morir o no", sostuvo.

ATENDIÓ A LA URGENCIA, MIENTRAS SU CASA SE QUEMABA

Otro relato corresponde al de Franco Campodónico, miembro de la Sexta Compañía de Bomberos Cristóforo Colombo de Valparaíso, quien combatió los incendios estando ya enterado que su casa resultó destruida por el incendio en el sector de Villa Independencia, en la ciudad de Viña del Mar.

"Yo fui y me acuartelé, no sabíamos a lo que veníamos. Recibimos una solicitud de ayuda de Bomberos de Viña del Mar, nos despacharon a El Salto y después más arriba, a Miraflores", contó.

"Subiendo, pasé por el sector donde estaba yo y por ahí dimensioné y pensé en mi casa. Y, faltando cuadras para llegar allí, nos encontramos con mucha gente que lloraba, que nos golpeaba el carro, que nos pedía ayuda. Nos ven como los ángeles salvadores en este caso", siguió.

"Tomamos la decisión de ayudar a la gente que más lo necesitaba y me olvidé de mi casa, porque definitivamente sabía la situación en la que estaba. Me aboqué a lo que es la parte bomberil: trabajamos toda la noche, todo el día sábado y parte del domingo (...). No había nada más que hacer, así que sentí nuevamente el compromiso y seguí trabajando con mi compañía... (sentí) una impotencia gigantesca", lamentó el funcionario.

En El Patagual, Franco Arteaga ayudó a los vecinos y relató que "fue muy complejo, traté de hacer la prevención temprana respecto a la limpieza de los sitios, los cortafuegos, la mantención del camino. Vivir esta experiencia no se lo doy a nadie. Fueron cosas que minutos, se quemó todo muy rápido, yo me preparé cuando vi el fuego en la quebrada, vi las condiciones del viento y me preparé con la camioneta con una motobomba y con eso pude defender mi casa y mojarla. El escape de lo vecinos se hizo por mi parcela, pasaron por el camino que tengo particular, fue muy complejo".

"ESTO FUE UNA BOMBA DE HIROSHIMA"

María Tapia Díaz, dirigenta de Villa La Pradera del Campamento Manuel Bustos, también contó a Cooperativa sobre los graves daños que el fuego causó, el cual destruyó más de 700 viviendas. 

"Fue muy grande (la catástrofe). Fue más que un terremoto; esto fue una bomba de Hiroshima, fue muy, muy grande. Las llamas por todos lados nosotros acá en Manuel Bustos estábamos encerrados, no teníamos por dónde avanzar", dijo Tapia.

"Es tanto lo que ha pasado, es demasiado. Por eso hoy día los chilenos tenemos que unirnos, toda ayuda se hace poca (...) Faltan manos, faltan voluntarios, faltan camiones para que retiren lo que está".

"Está todo (el dinero) para reconstruir las casas: Manuel Bustos está apta para la regularización (de viviendas). El ministro (de Obras Públicas) tiene que soltar la plata nomás para comenzar (...). Hay espacio para que se construya todo, debe ser un barrio como Reñaca, como cualquier otra población. ¿Por qué no? Si somos todos iguales", criticó la dirigenta.

Asimismo, Ariel, hermano de Anastasia Orellana, una joven de 14 años que está desaparecida, contó que "a Pompeya sur, donde fuimos a la casa de mi madre y ahí pudimos ver que mi madre estaba fallecida ahí junto a su pareja. Mi madre se encontraba adentro de un furgón y su pareja estaba un poquito más allá. Yo siento que cuando cuento esto es muy doloroso, lo revivo cada vez que yo comento esto; lo que yo vi es una situación terrible. Aquí lo importante es que solamente encontramos dos cuerpos, pero no encontramos el cuerpo de Anastasia".