Expertos advierten que La Niña podría provocar la misma sequía extrema de hace un siglo

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Distintos meteorólogos señalan que las características de este año son similares a las de 1924, cuando un desconocido evento climático afectó a Santiago y la zona central.

"Es altamente probable que las condiciones de pluviometría se vean debilitadas considerablemente", explicó el meteorólogo Miguel Fernández.

 ATON (referencial)

El fenómeno de 1924 afectó a las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule y Ñuble. A raíz del evento, debieron pasar nueve años para que se repitiera un episodio similar, ya que en 1933 ocurrió una situación parecida, pero en la zona norte de Chile.

Mientras el conocido fenómeno de El Niño vive sus etapas finales de debilitamiento, el fenómeno de La Niña empieza a asomarse en el horizonte mediante un proceso que ya se vivió hace 100 años en nuestro país, cuando una desconocida sequía afectó a Santiago y la zona central de Chile.

Tras lo anterior, el climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, teme que dicho episodio -que se extendió desde la Región de Valparaíso hasta la de Ñuble- pueda volver a repetirse un siglo después, ya que las características climáticas de este año en el país son similares a las de 1924.

Según consignó La Tercera, la Agencia Norteamericana de la Atmósfera y el Océano (Noaa) estima que el fenómeno de El Niño debiera finalizar durante el próximo semestre. En esa línea, Cordero explicó al rotativo que "hay un 55% de probabilidades de que en la segunda mitad del año se desarrolle La Niña, fenómeno que tiende a moderar las temperaturas. Este período del año debería ser menos caluroso que el primero".

El evento climático vuelve a recordar que las sequías en la zona central de Chile son atribuibles al fenómeno de La Niña. En ese sentido, es importante señalar que, tanto las sequías como La Niña han ocurrido desde hace mucho tiempo en el país, pero antes del episodio de 1924 no existían estadísticas fiables sobre el tema, solamente relatos que permiten asociar determinados sucesos climáticos.

No obstante, la sequía de hace un siglo fue la primera que contó con la base científica y estadística más amplia del país. En concreto, el fenómeno afectó a las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O'Higgins, Maule y Ñuble. A raíz del evento, debieron pasar nueve años para que se repitiera un episodio similar, ya que en 1933 ocurrió una situación parecida, pero en la zona norte de Chile, específicamente en las regiones de Atacama y Coquimbo.

Casi 22 años después, en 1955, otra sequía afectó a Santiago y la Región Metropolitana. El registro en la capital se completa con la gran sequía que se registró en 1968, otras que ocurrieron a partir de los años 90, y luego de manera casi consecutiva hasta la actualidad: 1994-1997;1998-1999;2007-2008; 2010-2011; 2012-2016 y 2017-2023.

"Los registros instrumentales de la Dirección Meteorológica de Chile indican que las sequías más extremas del último siglo fueron en 1924, 1968, 1998 y 2019, las que coincidieron con eventos de La Niña. Esto muestra la enorme importancia de La Niña para las precipitaciones en la zonas central del país", explicó Cordero al rotativo.

"Si se desarrolla en los próximos meses, probablemente marque el verano de 2025. La Niña en el verano se asocia a temperaturas moderadas, lo que significa que el próximo verano podría ser menos extremo en términos de temperatura, a diferencia del que estamos terminando", enfatizó el climatólogo, quien agregó que en algunas ocasiones se puede dar varios fenómenos de la Niña consecutivos.

Lo anterior se explica luego de que en 2023 se cortara una período extraordinario de 15 años consecutivos de sequía en el país. "El 2023 fue en la zona central el año más lluvioso en 25 años, un factor que favoreció dicha precipitaciones fue el desarrollo de El Niño en el Pacífico", complementó Cordero al respecto.

"ENTRE LA MITAD Y FIN DEL INVIERNO SE CONVERTIRÍA UN PERÍODO FRÍO"

Por su parte, el meteorólogo de la Fundación Huinai PUCV-Enel, Miguel Fernández, sostuvo que al vespertino que "recientemente El Niño ha comenzado a disminuir de intensidad. Se espera que a mediados del otoño ya se encuentre en una etapa de neutralidad, y entre la mitad y fin del invierno se convertiría en un periodo frío del fenómeno de La Niña".

En consecuencia, Fernandéz señaló -según el pronóstico inicial- que durante el invierno se podrán "observar eventos de lluvias asociados al paso de sistemas frontales que podrían superar incluso los niveles de normalidad anuales que rodean los 365 milímetros en promedio, de los cuales los meses de mayo, junio, julio y agosto son los responsables de aportar la mayor cantidad".

"Es altamente probable que las condiciones de pluviometría se vean debilitadas considerablemente, por lo tanto, podríamos esperar una condición de lluvias por debajo de lo normal. Junto con ello se esperan periodos de heladas hacia la época de primavera debido a la baja en las temperaturas", concluyó el especialista.