Inédita reconstrucción facial de un emperador chino de hace 1.500 años
El emperador Wu gobernó entre los años 543 y 578 d.C. y fue enterrado en el Mausoleo de Xiaoling en la actual Xi'an.
Un grupo de investigadores chinos logró la reconstrucción facial del emperador Wu de la dinastía Zhou del Norte, fallecido en el año 578, a partir de análisis genéticos y estudios osteológicos.
Este avance, llevado a cabo por expertos de la Universidad de Fudan en colaboración con el Instituto de Arqueología de la provincia de Shaanxi (centro), representa la primera vez que se recupera la apariencia de un antiguo emperador chino utilizando métodos de arqueología científica, recogió el diario local The Paper.
El emperador Wu gobernó entre los años 543 y 578 d.C. y fue enterrado en el Mausoleo de Xiaoling en la actual Xi'an (centro).
Los expertos manejan la hipótesis de que su temprana muerte, a los 35 años, fue causada por un envenenamiento gradual debido a la ingesta de elixires alquímicos de la inmortalidad, algo que también sucedió a otros monarcas chinos a lo largo de la historia.
Tradicionalmente, se ha vinculado a Wu con la etnia xianbei, un grupo nómada estepario que llegó a dominar la actual Mongolia y el norte de China.
La tarea de reconstruir su rostro se vio facilitada por el descubrimiento de su cráneo durante una excavación entre 1994 y 1995, lo que permitió a los investigadores obtener datos genómicos de alta calidad.
El equipo liderado por Wen Shaoqing de la Universidad de Fudan logró recuperar alrededor de un millón de puntos genéticos del ADN del emperador, que sirvieron para reconstruir su aspecto tras seis años de trabajo.
El resultado reveló características como que Wu tenía el cabello negro, la piel amarilla y los ojos marrones, rasgos que contrastan con las representaciones artísticas tradicionales de las personas de etnia xianbei con pelo rubio y facciones prominentes.
La imagen difiere también notablemente de la versión más robusta y opulenta del emperador, plasmada por artistas de generaciones posteriores.
La investigación sugiere que el emperador Wu tenía ancestros de personas del norte de China de etnia han, lo que indica un proceso de integración multiétnica en la época.