Israel y Hamás concluyen, sin éxito, una nueva ronda de negociaciones
Reunidas en El Cairo, delegaciones de ambas partes no lograron avances en miras a un alto al fuego, tras siete meses de guerra.
En paralelo, el Gobierno de Netanyahu puso en marcha la censura -vía ley- al canal Al Jazeera, y confiscó sus equipos.
"No estamos dispuestos a aceptar que Hamás vuelva a tomar el control de Gaza, reconstruya su infraestructura militar y vuelva a amenazar a los ciudadanos de Israel", dijo Netanyahu este domingo.
Israel y el grupo islamista Hamás continúan estancados en las negociaciones para alcanzar un alto al fuego en la Franja de Gaza, tras siete meses y más de 34 mil 600 muertos.
"La actual ronda de negociaciones terminó hace poco y la delegación de Hamás abandonará El Cairo esta noche para realizar consultas con los dirigentes del movimiento", indicó la organización mediante un comunicado.
La delegación de Hamás se dirige hacia Doha para reunirse con sus dirigentes y regresará el martes a Egipto "para completar las negociaciones", según la televisión estatal Al Qahera News, muy próxima a la Inteligencia egipcia.
NETANYAHU CONTRA EL FIN DE LA GUERRA
Unas cinco horas antes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había anunciado en un mensaje grabado en video que su país no podía aceptar poner fin a la guerra, un prerrequisito que Hamás demanda desde hace meses para llegar a un acuerdo.
"Hamás ha permanecido atrincherado en sus posiciones extremas, en particular la demanda de retirar a todas nuestras fuerzas de la Franja, terminar con la guerra y dejar intacto a Hamás", rechazó Netanyahu.
"No estamos dispuestos a aceptar una situación en la que los batallones de Hamás salgan de sus refugios, vuelvan a tomar el control de Gaza, reconstruyan su infraestructura militar y vuelvan a amenazar a los ciudadanos de Israel en las comunidades adyacentes", añadió.
De forma casi simultánea, el grupo islamista advirtió que, aunque estaban dispuestos a seguir negociando, no habría acuerdo si Israel y terceros países, como EE.UU., no se comprometían a poner fin a la guerra, según dijo el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh.
"La prioridad del movimiento es detener la agresión contra nuestro pueblo, lo cual es una posición fundamental y lógica, y establece un futuro más estable", dijo Haniyeh: "¿Para que sirve un acuerdo si un alto el fuego no es su primera consecuencia?", añadió.
ISRAEL CENSURA AL JAZEERA
En tanto, en Israel, el Gobierno de Netanyahu aprobó este domingo el fin de la retransmisión del canal qatarí Al Jazeera -que ya contaba con el visto bueno del Parlamento-, gracias a una nueva ley que permite al Ministerio de Comunicación clausurar medios que "dañen la seguridad del Estado".
"De acuerdo con la decisión del Gobierno, las retransmisiones del canal Al Jazeera se han detenido en Israel", se podía leer hoy en un mensaje en hebreo al intentar sintonizar el canal.
Inspectores del Ministerio de Comunicaciones, junto a policías, allanaron las oficinas de Al Jazeera en el Hotel Ambassador, en el territorio ocupado de Jerusalén Este, y confiscaron sus equipos, según un vídeo compartido en redes sociales por el ministro de Comunicación israelí, Shlomo Karhi, en su cuenta de X.
סוגרים את אלג׳זירה🇮🇱
— 🇮🇱שלמה קרעי - Shlomo Karhi (@shlomo_karhi) May 5, 2024
פקחי משרד התקשורת בגיבוי משטרת ישראל פושטים בשעה זו על משרדי אלג׳זירה בירושלים ומחרימים את ציוד הערוץ. pic.twitter.com/BFWkOiniDH
La Asociación de Prensa Extranjera (FPA) de Israel, que representa a los periodistas extranjeros que cubren el país y los territorios palestinos ocupados, dijo este domingo que con esta decisión, Israel se une a un "dudoso club de gobiernos autoritarios".
La decisión debería preocupar a todos los defensores de una prensa libre, según el grupo la FPA.
"Es un día oscuro para los medios. Es un día oscuro para la democracia", sentenció en un comunicado la FPA.
La Asociación para los Derechos Civiles de Israel (ACRI), un influyente grupo defensor de los derechos humanos en el país, pidió hoy al Tribunal Supremo israelí que detenga la ejecución de la orden, que calificó como "una erosión peligrosa de la libertad de prensa".