Campeonato Brasileño se reanudará este sábado tras el receso por las graves inundaciones
Los 20 clubes de la liga se reunieron este lunes en Río de Janeiro.
La Liga brasileña se reanudará el próximo sábado después de dos semanas de suspensión por las inundaciones que asolaron la región sur del país a principios de mayo, según informó este lunes la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Los 20 clubes que integran el Consejo Técnico Extraordinario del Campeonato Brasileño se reunieron este lunes en Río de Janeiro y aprobaron "por unanimidad" retomar el torneo a partir de este sábado 1 de junio.
La competencia se reanudará en la séptima jornada con la idea de que finalice el 8 de diciembre, conforme a lo previsto inicialmente.
Para ello, aprovecharán las fechas FIFA en las que se concentran las selecciones de cada país para adelantar jornadas y cumplir así con el calendario programado.
En la reunión se acordó que Gremio, Internacional (del chileno Charles Aránguiz) y Juventude, los tres clubes de primera de Rio Grande do Sul, el estado más afectado por la catástrofe, podrán cambiar su condición de equipo local o visitante en la primera vuelta de la Liga, con la venia de sus adversarios.
"Esto nos da seguridad y previsibilidad", manifestó el presidente de Internacional, Alexandre Barcellos, en declaraciones recogidas por la CBF.
Por su parte, el presidente del Gremio, Alberto Guerra, aplaudió que "la gran mayoría de los clubes entendieron la situación por la que pasa Rio Grande do Sul".
"Tomamos algunas medidas paliativas para minimizar el desequilibrio", apuntó Guerra.
¿Por qué se suspendió el fútbol brasileño?
El pasado 15 de mayo, la CBF decidió suspender dos jornadas de la Liga brasileña, a petición de 16 clubes de primera división, en medio del caos que vive Rio Grande do Sul por las graves inundaciones.
Según el último boletín de Defensa Civil local, la tragedia climática en el sur de Brasil dejó hasta el momento 170 muertos, 53 desaparecidos, 806 heridos y más de 2,3 millones de damnificados.
Las inundaciones anegaron parcialmente Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, donde el aeropuerto internacional de la ciudad aún está cerrado y los estadios de Gremio e Internacional se convirtieron en un lodazal por la crecida de los ríos.