¿Qué es el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental?

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EFE

La excolonia española es administrada por Rabat, pero está en disputa por los saharauis del Frente Polisario.

La propuesta del país africano plantea delegan competencias a la población saharaui, pero dentro de un Gobierno central investido por el rey.

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Francia, España, Estados Unidos, Alemania, entre otros, apuntan a que es la “única base” para resolver el conflicto.

Marruecos presentó en 2007 ante la ONU un plan de autonomía bajo soberanía marroquí para el Sáhara Occidental, excolonia española administrada por Rabat en un 80 % pero en disputa por los saharauis del Frente Polisario.

Francia cambió este martes su postura respecto al territorio y, si bien siempre ha apoyado de alguna manera este plan de autonomía, afirma ahora que es la "única base" para resolver el conflicto y que "el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí".

La propuesta marroquí plantea delegar algunas competencias a la población saharaui, dentro de un Estado fuertemente centralista que en los últimos años está implementando una regionalización, siempre dentro de un Gobierno central que sigue asumiendo la mayor parte de competencias.

Según el texto de la iniciativa marroquí, la "región autónoma del Sáhara" tendría competencias administrativas, jurídicas y judiciales propias, y facultades en el ámbito económico, tributario, de infraestructuras, cultural y social. Pero los poderes relacionados con defensa, exteriores, moneda, bandera y religión se quedarían en manos del Estado central.

Los saharauis tendrían también un gobierno y un presidente investido por el rey, pero que sería previamente elegido por el parlamento de la región.

El documento enviado por Marruecos a la ONU añade que "el Estado marroquí, a través de esta iniciativa, garantiza a los saharauis, tanto los que están dentro como fuera, su posición y su pleno papel en las diferentes instancias e instituciones de la región, fuera de cualquier discriminación o exclusión".

Estipula asimismo que "los habitantes del Sáhara, de forma democrática, pueden autogestionar sus instancias legislativas y ejecutivas y tendrán los recursos financieros necesarios para el desarrollo de la región en todos los niveles".

La iniciativa recoge un sistema judicial propio de la región con un tribunal superior regional, que estaría sometido a los tribunales Supremo y Constitucional de Marruecos.

Este plan es respaldado por países como España -dice que es "la base más seria, creíble y realista" para resolver el conflicto-, Estados Unidos -Donald Trump aseguró en 2020 que era la "única base" para "una solución justa y duradera", Alemania -"una buena base"-, Guatemala -la "única solución"- o El Salvador-, además de numerosos países árabes y africanos.

El conflicto del Sáhara -que fue inscrito en 1965 en la lista de territorios no autónomos de Naciones Unidas- está ante las instancias del Consejo de Seguridad de la ONU, que ha debatido y aprobado (de forma anual, bianual o trimestral) una gran cantidad de resoluciones sobre la excolonia española.

Fue a partir de 2001 cuando se empezó a hablar en la ONU de "una tercera vía" que tomaba en cuenta la postura marroquí sobre una autonomía amplia para los saharauis bajo su soberanía.

La propuesta marroquí fue ganando terreno ante la comunidad internacional y las grandes potencias, hasta el punto de que el Consejo de Seguridad empezó a calificarla en sus resoluciones de "seria, creíble y realista".

En este momento, Marruecos solo concibe esta solución al conflicto, en el que tiene un papel importante Argelia, rival de Rabat en la región que acoge en su territorio a los refugiados saharauis y al Frente Polisario, y que nunca ha aceptado la propuesta de Rabat.