PNUD: Los chilenos desean cambios profundos, pero graduales
En Cooperativa, el investigador Eduardo Candia comentó los hallazgos del nuevo Informe sobre Desarrollo Humano en el país.
El debate de las élites "tiende a ser muy polarizado y no refleja que, en realidad, la ciudadanía está en una posición mucho más pragmática y mucho más intermedia", indicó.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile (PNUD) presentó el XII Informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2024, titulado "¿Por qué nos cuesta cambiar?: Conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible".
Este documento es el primero que se presenta en casi 10 años y también el primero luego de hitos de alta relevancia para el país, como el estallido social, la pandemia del Covid-19 y los dos procesos constituyentes.
A casi 10 años de su última publicación, hoy recibí el informe anual del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, una herramienta fundamental para que en Chile construyamos una democracia que entregue resultados concretos a las chilenas y chilenos. Este documento revela… pic.twitter.com/RhlIYj2xjw
— Gabriel Boric Font (@GabrielBoric) August 14, 2024
"¿Por qué nos cuesta cambiar?"
¿Por qué se entrampan cambios largamente demandados por la ciudadanía? Esa es la pregunta que plantea el informe que se presentó este mediodía y contó con la presencia del Presidente Gabriel Boric y de la representante residente del PNUD en Chile, Georgiana Braga-Orillard.
"Por un lado, Chile ha cambiado bastante. Tiene profundos cambios en temas de eliminación de la pobreza, de la inclusión de las personas, pero también hay otros temas que la sociedad siente que hay deudas en el cambio, por ejemplo, en el tema de pensiones, educación y salud", señaló al respecto Georgiana Braga-Orillard.
"Los hallazgos son: las personas sí quieren cambios, porque saliendo de dos procesos constituyentes, parecía que no querían cambios, pero más de 88% de las personas dicen que sí quieren cambios", complementó.
Este nuevo reporte fue coordinado por Maya Zilveti y contó con la participación de un equipo de investigación compuesto por seis personas, además de consultores.
"Cuando partimos este informe, en las conversaciones, en el habla social, era evidente una sensación bastante de desamparo, de tristeza, por el devenir reciente del país y es algo que constatamos también con la encuesta de opinión pública nacional que hicimos, que es esta sensación de dos tercios (de los consultados) que piensan que el país ha empeorado o que se ha mantenido igual, siendo 'igual' algo no muy bien evaluado", comentó Eduardo Candia, uno de los investigadores detrás del estudio, en Lo Que Queda del Día de Cooperativa.
El experto del PNUD señaló que "lo paradójico es que este descontento coincide con logros bien importantes en indicadores: Chile, en el último Informe de Desarrollo Humano Mundial, que salió este año, está clasificado como un país de desarrollo humano muy alto. Es un país que tiene una esperanza de vida bien extraordinaria a nivel de la región, a nivel, en realidad, de la OCDE; comparable con los países más desarrollados. Entonces, es muy importante hacer sentido de por qué".
En tal sentido, Candia advirtió que Chile, "si bien tiene muchos logros bien extraordinarios a nivel mundial, tiene problemas hoy día para conducir cambios que necesitamos y que son importantes, y el informe trata de ofrecer una explicación a esta dificultad. De ahí el título del informe: '¿Por qué nos cuesta cambiar?'".
Cambios insuficientes
El informe del PNUD destaca que las personas en Chile consideran que los cambios esperados en derechos y protección social han sido insuficientes, mientras que otros han afectado negativamente sus vidas, como, por ejemplo, el incremento de delitos violentos.
Un 59% de las personas opina que el país se ha deteriorado en los últimos años, solo un 11% cree que ha mejorado.
La evaluación negativa de los cambios recientes ha aumentado en la última década: en 2013 solo el 21% opinaba lo mismo.
Según la publicación, la mayoría de la población considera que quienes obstaculizan los acuerdos para resolver los problemas del país son principalmente los liderazgos políticos (67%). Al respecto, las personas opinan que estos priorizan sus intereses personales (23%), que tienen poca experiencia (20%) que no conocen los problemas de la gente (20%), que privilegian sus ideologías políticas (19%) y que no tienen voluntad para llegar a acuerdos (14%).
El Informe muestra que la ciudadanía percibe una débil agencia colectiva: la mayoría en Chile (63%) piensa que tiene poca capacidad para cambiar el país; hace 25 años esa cifra alcanzaba un 45%.
Además, pese al deseo mayoritario de cambios profundos, la disposición de las personas a asumir costos por los cambios es baja, y la confianza interpersonal y la participación en organizaciones sociales hoy alcanzan mínimos históricos según datos de 30 años del PNUD.
Deseo de cambios graduales
No obstante, el informe del PNUD destaca que, a pesar de las dificultades existentes, hay una ventana de oportunidad: hoy la ciudadanía es más paciente y realista.
Al respecto, en Cooperativa, Candia sostuvo que "un dato muy extraordinario que levantamos es la persistencia del deseo de cambios. Normalmente el deseo de cambios es hacia lo nuevo, hacia algo distinto a cómo son las cosas hoy día o cómo fueron antes en Chile. El deseo es de cambios profundos; sin embargo, hay una diferencia bien importante con respecto a la posición respecto de los cambios hace 10 años, pre-estallido, que era igual de profundo: hay un deseo, una preferencia, por cambios que sean de forma más gradual".
Esta postura, planteó el investigador del PNUD, es posiblemente "una reacción al intento de cambios de más abruptos asociados al estallido social".
"En nuestra medición logramos mostrar que la ciudadanía, en realidad, no tiene una preferencia unidimensional respecto del rol del Estado y de cómo solucionar los problemas de la vida en común. Las personas quieren más seguridad, pero, a la vez, quieren seguir avanzando en la igualdad de género; quieren tener más crecimiento económico, pero también quieren tener un crecimiento con más igualdad y justicia social. Y si uno ve las propuestas constitucionales, tendían a ser más unidimensionales: eran solamente de valores super inclusivos o solamente orientados al crecimiento", apuntó.
Fractura élite-ciudadanía
Pero hay también condiciones por construir, señala la investigación. Es clave reparar la relación entre elites y ciudadanía. Para esto las elites deben escuchar a las personas y sus demandas, y reconocer sus matices y ambivalencias.
"En el debate público de las élites vemos que hay un debate -y lo medimos haciendo un análisis de contenido de las columnas de opinión sobre procesos de reformas clave- que tiende a ser muy polarizado y que no refleja que, en realidad, la ciudadanía está en una posición mucho más pragmática y mucho más intermedia, en que adhiere a cuestiones que son, más bien, orientadas al crecimiento y a la seguridad, pero, al mismo tiempo, a valores más civilizatorios e inclusivos. Es necesario que los líderes y la élite pueda hacer esa lectura más compleja", afirmó Candia.
"Evidentemente en la relación con las élites hay una traba que debe ser superada, en términos de la calidad de la relación y de la colaboración. Eso es notorio para la ciudadanía: en las conversaciones sociales es evidente la sensación de que la élite está en una especie de pelea de suma cero en que en realidad lo único que logra hacer es bloquear al adversario y no avanzar en nada", alertó el investigador.
A su vez, según el reporte, la ciudadanía debe aprender que los cambios implican costos y esperas, y que el éxito de los proyectos individuales no depende sólo del esfuerzo individual sino también de las oportunidades que cada sociedad provee.
También es necesario reconstruir la confianza en las instituciones mediante resultados concretos en derechos y protección social, promover acuerdos pragmáticos entre las elites, y evitar la polarización del debate público.
"Es cierto que a primera vista -y esto lo comentaba el Presidente (Boric) en su experiencia mirando el informe cuando lo presentamos esta mañana- que daba una sensación de pesimismo, pero también la investigación revela y tratamos de resaltar todos los activos que tiene Chile. Por eso, el mensaje, al fin del día, es de esperanza", indicó Candia.
Mandatario apuntó al estallido social
Tras el evento, el Presidente Gabriel Boric manifestó que "hoy día cuando se dice estallido delictual, y se recalca solamente los aspectos violentos del estallido, que los hubo, son inaceptables y no quiero relativizarlo bajo ningún punto de vista, se pierde de vista ese malestar que llevó en algún momento a parte importante de la sociedad chilena, incluso, apoyar las diferentes formas de manifestación que se estaban habiendo, incluso las violentas".
"(Lo anterior) sería un error profundo mantener si es que no identificamos ese malestar, o no le vemos la complejidad profunda a los problemas. Si quieren cambios estructurales, con gradualidad, y hay desconfianza en la política es porque no se llega a esos acuerdos", enfatizó.
En ese sentido, el jefe de Estado aseveró que "la única manera de terminar con esta bola de nieve es llegando a acuerdos que pueden ser óptimos respecto de lo que nosotros esperábamos en un primer momento"
Por su parte, el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, Octavio Avendaño, argumentó que se requiere "cierto nivel de gradualismo; no pueden ser cambios acelerados, porque eso genera incertidumbre. La sociedad chilena también ha estado sometida a dinámicas y transformaciones aceleradas o alteraciones en el transcurso de los últimos años".
"Entonces, se valora la posibilidad del cambio, pero es necesario tomar en consideración cuáles son los costos que van a tener", concluyó.