Plan económico de Harris incluye viviendas asequibles y regular precios de alimentos
La candidata demócrata anunció un conjunto de medidas para sus primeros 100 días en la Casa Blanca si es electa presidenta.
Incluye una reducción de impuestos a la clase media y una baja en los costos de la salud.
La vicepresidenta dio a conocer su plan económico este viernes en Carolina del Norte.
La vicepresidenta y aspirante demócrata a la presidencia estadounidense, Kamala Harris, presentó este viernes en Carolina del Norte el plan económico con las medidas que priorizará en sus primeros 100 días en la Casa Blanca si logra vencer al republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Estas son sus principales propuestas:
Alimentos y productos de primera necesidad
Con el objetivo de combatir los altos precios de los alimentos, Harris anunció que trabajará con el Congreso para aprobar la primera prohibición federal contra la manipulación de precios.
Según explicó su campaña en un comunicado, esta prohibición establecerá normas claras para evitar que las grandes corporaciones incrementen sus precios de manera artificial para obtener mayores beneficios.
De implementarse, el plan permitiría a los fiscales generales de los estados y a la Comisión Federal de Comercio investigar y sancionar a las empresas que violen dicha restricción.
La iniciativa es novedosa porque propone por primera vez una prohibición a nivel federal, aunque 34 de los 50 estados ya han establecido vetos similares, según explicó a la agencia EFE Isabella Weber, profesora de Economía de la Universidad de Massachusetts Amherst.
Por otro lado, la propuesta incluye inversiones para que el Gobierno federal pueda combatir prácticas anticompetitivas y fondos para apoyar a las pequeñas empresas de la industria alimentaria, incluidos los procesadores de carne independientes.
En su discurso, Harris arremetió específicamente a la industria cárnica, donde cuatro grandes compañías controlan la mayor parte del mercado y reportaron beneficios récord después de la pandemia de covid-19.
Costes sanitarios
Harris también prometió que hará todo lo posible para que los estadounidenses no tengan que pagar más de 35 dólares al mes por la insulina que necesitan, algo que ya ha logrado el Gobierno de Joe Biden pero solo para los beneficiarios de Medicare, un programa sanitario para las personas mayores.
Su plan exigirá "transparencia" a las grandes empresas farmacéuticas para impedir que obstaculicen la competencia y también promete medidas para acabar con las "prácticas abusivas" que provocan el aumento de precios de medicamentos para los consumidores.
Asimismo, según el comunicado de la campaña, Harris trabajará con cada uno de los estados de Estados Unidos para cancelar la deuda que millones de estadounidenses han contraído para pagar sus cuidados médicos.
Vivienda asequible y alquiler
De llegar a la Casa Blanca, Harris también tiene intención de ofrecer un bono de 25.000 dólares para quienes compren una vivienda por primera vez, una medida que apela directamente al voto joven.
Además, incluye impulsar la construcción de tres millones de nuevas unidades de vivienda a lo largo de cuatro años, tanto de alquiler como de compra, con lo que busca aumentar el inventario que a la larga abaratará las hipotecas y alquileres.
También contempla medidas para impedir que los inversores de Wall Street compren viviendas en masa para revenderlas a precios inflados, así como para evitar aumentos excesivos de alquiler y ayudar a colectivos más perjudicados, especialmente aquellos con bajos recursos o veteranos de guerra.
Reducción de impuestos para la clase media
El proyecto incluye la restauración del Crédito Tributario por Hijos que se introdujo durante la pandemia. Harris quiere restablecerlo para que las familias puedan acceder a una desgravación fiscal de hasta 6.000 dólares por cada nuevo hijo.
Su objetivo es ayudar a las familias durante el primer año, cuando los gastos son más elevados debido a la compra de cunas o pañales, entre otros.
La campaña destaca la importancia de restaurar ese crédito porque en Estados Unidos los padres no tienen derecho a acceder a nivel federal a una baja de maternidad o paternidad pagada, por lo que muchos se ven obligados a elegir entre cuidar ellos mismos de su bebé o seguir trabajando para llegar a fin de mes.