Quebec congeló llegada de trabajadores temporales extranjeros por problemas de "integración"
Esta medida se prolongará por seis meses.
Habrá exenciones en sectores como la educación o la enfermería.
La provincia canadiense de Quebec anunció este martes que congelará durante seis meses la llegada de nuevos trabajadores temporales extranjeros para empleos con salarios mínimos en la ciudad de Montreal por problemas de "integración".
El jefe del Gobierno de Quebec, François Legault, justificó la medida al señalar que en dos años el número de trabajadores temporales extranjeros en la provincia ha pasado de 300.000 a 600.000 y que esta cifra ha sobrepasado "su capacidad de integración".
Legault añadió que en la ciudad de Montreal, la mayor de la provincia y una de las más habitadas de Canadá, residen unos 12.000 trabajadores temporales extranjeros, lo que supone una "amenaza" para el futuro del lenguaje francés y "pone bajo enorme presión los servicios públicos".
Pero Legault también señaló que en sectores como la educación o la enfermería se aplicarán exenciones porque la provincia necesita ese personal.
La medida no afectará a las personas con salarios de al menos 57.000 dólares canadienses al año (42.000 dólares estadounidenses), que es la media salarial de la provincia.
Protestas
En los últimos años, la provincia francófona de Quebec se ha destacado por sus protestas por los elevados niveles de extranjeros en Canadá, a la vez que ha reclamado tener las competencias de migración, en estos momentos una responsabilidad federal.
La presión de Legault fue una de las principales razones por las que el Gobierno canadiense impuso a principios de este año el visado de entrada al país a los viajeros llegados de México con el objetivo de reducir el número de solicitantes de refugio.
En 2023 Quebec también forzó cambios a las leyes de asilo para evitar que los solicitantes de refugio llegasen a Canadá caminando desde Estados Unidos.
Legault justificó los cambios porque en 2023 Quebec recibió unos 60.000 solicitantes de refugio procedentes del estado de Nueva York, una situación que el jefe del gobierno provincial calificó como "intolerable".