Colegio Médico exige mayor seguridad en centros de salud: "No queremos un mártir"
Junto con las tradicionales agresiones de pacientes y de familiares, los funcionarios se enfrentan ahora incluso a balaceras dentro de sus lugares de trabajo.
Dirigentes del gremio se reunieron el jueves con el subsecretario Monsalve y demandaron "un cambio radical" en el modo de abordar el problema.
La presidenta del Colmed, Anamaría Arriagada, dijo a Cooperativa que la inseguridad "sin duda afecta la calidad del servicio" que reciben los pacientes, y también incide -al provocar "burnout y estrés postraumático"- en "el ausentismo (laboral) en salud, que es grande".
"No queremos tener un mártir en salud, ni un paciente ni un funcionario", aseguró la presidenta del Colegio Médico (Colmed), Anamaría Arriagada, al abordar este viernes la necesidad de reforzar la seguridad en los centros asistenciales del país, afectados los últimos meses por diversos hechos de violencia, entre ellos asaltos y balaceras.
En entrevista con El Diario de Cooperativa, la líder del Colmed lamentó este tipo de situaciones y afirmó que "las agresiones se producen desde hace mucho tiempo y son un problema creciente en el mundo".
"Los estudios realizados desde el departamento de estudios de Santiago del Colegio Médico revelan que este es un problema global. Los lugares donde más riesgo se corre son la atención primaria y las unidades de emergencia, mientras que el personal más afectado en general son enfermeros, enfermeras, técnicos paramédicos y también los médicos", analizó la doctora.
En esta línea, dio cuenta que se trata de una problemática en la que el Colmed ha puesto mucho énfasis desde el 2018, cuando redactaron "una parte importante de la Ley de Consultorio Seguro, que aumentó la pena para los agresores y obligó a los directores de los establecimientos a denunciar todo tipo de agresiones".
Pese a esto, lamentó que desde ese año "hemos visto un aumento en las denuncias", aunque relacionado con que ahora "no se naturaliza que a uno lo insulten o amenacen: eso debe ser denunciado como una agresión, porque causa daño y afecta a los funcionarios".
Asimismo, Arriagada alertó que les preocupa que "las agresiones dentro de una relación con un paciente o sus acompañantes, se agregue la delincuencia, como balaceras que ocurren afuera de un Cesfam", afirmando que muchas veces el personal de salud tiene que salir a atender a las víctimas de estos disparos a pocos metros del recinto, enfrentando una gran inseguridad y poniendo su vida en riesgo.
"La exposición de los pacientes en estos lugares, donde acuden porque están enfermos, enfrenta una situación de inseguridad que interrumpe la cadena de atención. Una balacera puede paralizar un Cesfam por varias horas, lo que resulta en atenciones perdidas y daños a la infraestructura, como ecógrafos o máquinas para hacer electrocardiogramas, afectando a toda la comunidad", lamentó la presidenta del Colmed en Cooperativa.
La necesidad de más seguridad
Frente a esta problemática, desde el Colmed se reunieron este jueves con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, para solicitar que se aborde de forma urgente el problema de seguridad de médicos, médicas, funcionarios y pacientes de los establecimientos de salud a lo largo del país.
"Le dijimos que debe haber un cambio radical en la forma de enfrentar esto, porque no queremos tener un mártir en salud, ni un paciente ni un funcionario", puntualizó Arriagada.
En esta línea, destacó que "ayer discutimos una propuesta interesante que fue acogida por el subsecretario: debe haber una glosa aparte del presupuesto, que no venga de salud, destinada a proteger las instituciones de salud".
En su análisis, la profesional de la salud dijo que "hay esfuerzos que vienen de varios actores, y la violencia tiene múltiples causas. La violencia puede deberse a factores locales, como una sala de espera poco acogedora, familias que tienen que esperar sin saber cuánto tiempo, o malas noticias que se dan de mala forma. A veces, los pacientes tienen patologías especiales y están desbordados, con una crisis de salud mental importante".
"Distinto es en cuanto a la delincuencia, (en la que) nos influye desde la iluminación alrededor hasta la presencia de un uniformado o las rondas de carabineros. También es importante la presencia de guardias, que a veces son de empresas privadas que hoy no cumplen con los estándares. De esto también hablamos ayer con el subsecretario", aseveró.
La afectación al personal
Por otra parte, la líder del Colmed aseguró que sin duda esta violencia en los recintos asistenciales afecta la calidad de la atención, sobre todo por la afectación al personal de salud.
"Tenemos funcionarios que, como parte de los protocolos, deben ser evaluados por la institución de seguridad laboral. Muchas veces estos se van con licencia, tienen burnout o sufren de estrés postraumático que les impide seguir atendiendo. El ausentismo en salud es grande e importante", alertó en Cooperativa.
Asimismo, aseguró que, aunque no tiene "exactamente el dato de cuánto de ese ausentismo se debe a personas que han sido víctimas de agresiones, pero sin duda influye en la calidad de atención".
"Afecta la infraestructura, disminuye los recursos humanos y muchas veces el proceso de atención debe pararse, especialmente si hay una agresión grave", lamentó la profesional de la salud.
"Fuimos formados con mucha humillación"
Otro de los puntos que abordó Arriagada fue el suicidio del estudiante de medicina Pablo Leiva Inzunza, de 27 años, quien cursaba el séptimo año de esa carrera en la Universidad de Valparaíso, sede San Felipe.
Su familia dice que sufrió de estrés, ansiedad y maltrato en los hospitales donde tuvo que hacer su internado, y que eso lo llevó a quitarse la vida.
Frente a este tipo de tragedias Arriagada señaló que "sin duda hay problemas en la formación de estudiantes de la salud".
"Primero, hay una sobrecarga académica importante. Aunque los currículums se han ido arreglando en las universidades para tratar de disminuir la sobrecarga, esto todavía no está del todo bien hecho", lamentó la doctora.
A esto se sumó que "cuando los alumnos salen a hacer su práctica, se pierde un poco la continuidad. Ellos van a lugares donde muchas veces se encuentran con docentes que, aunque se les paga para esta actividad, no son docentes formados y están trabajando fuera del aula".
"Por lo tanto, pasan a depender de una estructura distinta. Enseñar no es algo que nazca con uno; hay que entrenar ciertas capacidades, saber cómo darle feedback a un alumno y decirle si está haciendo las cosas bien o no. Hay que tener muy claro lo que uno va a enseñar y evaluar", puntualizó.
Asimismo, la presidenta del Comed alertó que "las carreras están sometidas a mucho estrés", y recordó que por años "fuimos formados de manera muy jerárquica y con bastante humillación".
"Los docentes tienden a repetir esas prácticas. Hoy estamos en un esfuerzo importante de tratar de revertir eso, primero porque hace daño y segundo porque no sirve. No se aprende con eso de 'la letra con sangre entra'. Eso no es cierto. Terminas metiendo a los alumnos en una situación muy estresante", aseguró.
"Algunos resisten, muchos se dañan y otros terminan replicando esas formas. Esto es lo humanamente más lejano a formar un estudiante que sea un profesional empático y compasivo, porque no recibió ese trato ni vio esos ejemplos", cerró Arriagada.