Gonzalo Winter: "El chat de Hermosilla nos dice un poco cómo funciona Chile"
El diputado frenteamplista enfatizó en El Primer Café el "grave efecto social" del escándalo, que involucra a políticos, empresarios, fiscales, jueces y otros funcionarios públicos.
Sin que aún esté comprobado ello, "da la sensación de que los fallos judiciales son una mercancía, y así no hay fe pública ni convivencia posible", advirtió.
Ante la variedad de aristas abiertas, "es correcto el llamado a la prudencia, pero también debe serlo el llamado a la verdad total", señaló el parlamentario.
El diputado del Frente Amplio Gonzalo Winter reflexionó en El Primer Café, "con mucho dolor", que los chats que delatan manejos irregulares y tráfico de influencias por parte del abogado Luis Hermosilla son expresivos del "cómo funciona Chile" en las sombras.
"Creo, con mucho dolor y diciéndolo profundamente enamorado de mi país, que el chat de Hermosilla nos dice un poco cómo funciona Chile, y lo que tenemos que hacer es luchar para que deje de funcionar así", señaló Winter esta martes en Cooperativa.
El parlamentario oficialista planteó que el caso Hemosilla-audios, que golpea a políticos, empresarios, fiscales, ministros de la Corte Suprema y funcionarios del SII y la Tesorería, "es mucho más grave en su efecto social que la corrupción municipal o gubernamental, porque da la sensación de que los fallos judiciales son una mercancía; es decir, un bien que con dinero se puede comprar en el mercado".
"Yo no estoy aseverando eso (que aquello ocurra efectivamente), estoy diciendo la gravedad que significa que eso se instale en la ciudadanía, porque se pierde la fe pública"; se instala la existencia de una "alteración corrupta de la igualdad ante la ley", explicó Winter.
"Todos creemos que cuando la justicia, en su más alto tribunal, nos dice 'esto es así', se convierte en una verdad que todos decidimos aceptar para poder vivir en paz entre nosotros. Cuando empezamos a pensar que los fallos de la justicia en su más alto tribunal pueden estar corrompidos y pueden haber sido una mercancía, no hay fe pública y, por lo tanto, no hay convivencia posible", planteó.
Frente a la serie de aristas abiertas y de personajes involucrados en este escándalo, "yo creo que es correcto el llamado a la prudencia, pero también tiene que ser correcto el llamado a la verdad total", cerró el parlmentario.