La China Moderna: Beijing fuera de lo tradicional

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Autor: Cooperativa.cl

Beijing en la modernidad ofrece glamour, lujos y una ciudad más cosmopolita.

Por María José Alvarado, periodista chilena, que actualmente participa de la IX Versión del Programa de Prensa del China Internacional Press Communication Center.

Más allá de la gran oferta turística ampliamente conocida de la capital China, donde emergen los nombres de la Gran Muralla China, el Templo del Cielo y la Ciudad Prohibida, Beijing en la modernidad ofrece glamour, lujos y una ciudad más cosmopolita.

La paciencia es lo primero que se debe tener para viajar a China. No hay vía rápida para llegar a este país. El trayecto consiste en al menos 36 horas, con escalas incluidas, pero una vez que tu avión aterriza te encuentras literalmente al otro lado del mundo. Desde Santiago a Beijing hay una distancia de algo así como 19.000 kilómetros y una diferencia horaria +11 horas (Horario de verano en Chile). No sólo por ese vuelco horario, sino por sus avances tecnológicos, se puede decir sin exagerar que China vive en el futuro.

Cuando se habla de futuro en la mayoría de conferencias y charlas con autoridades, China recalca la idea de que éste sea compartido. De ahí que todos los años se reciben delegaciones culturales, políticas y comerciales. Para ello se dispone la infraestructura necesaria para alojar a miles de personas de distintos países, un ejemplo es el barrio diplomático de Beijing, donde hay complejos residenciales, hoteles y embajadas. Un lugar muy limpio, organizado, colorido, moderno y seguro.

En este barrio, la mayoría de los carteles y señaléticas están en chino con una bajada en inglés. Las personas aquí se caracterizan por la amabilidad. Quizás la mayoría de los transeúntes puedan hablar inglés, o bien tengan descargado un traductor. Al menos tienes la garantía de que sabrán decir where are you from?. Y al final, si ninguna de las anteriores aplica, ¡no te preocupes! aquí como en cualquier parte del mundo, con un idioma que no manejas, siempre el lenguaje de señas será tu mejor aliado.

El distrito de lujo ubicado en Chaoyang te da una experiencia de glamour. Acá puedes encontrar los malls más grande del "Gigante asiático": China World Mall, The place y Taikoo Li Sanlitun. El último es el favorito de los jóvenes, ya que aquí encuentras las marcas clásicas y de lujo. Si eres occidental de seguro vas a llamar la atención de fotógrafos profesionales que capturan durante toda la tarde los mejores outfits.

Si no te gusta el glamour, una opción es Hongqiao Market –más conocido en español como Mercado de Perlas–. Ahí puedes encontrar todo tipo de novedad tecnológica, perlas, carteras, souvenirs, maletas. Pero lo mejor es el momento de regatear. Sin embargo, ¡cuidado!, puedes perder o ganar. Aquí los chinos si hablan español, o un poco de él, intentarán lograr la venta con todos los halagos que te puedas imaginar, pero si bajas mucho el precio te pueden mostrar el codo en señal de que eres tacaño.

Lo mejor que te puede entregar Beijing es recorrer la ciudad en bicicleta, las calles tienen destinada una vía exclusiva y por menos de un dólar puedes alquilar una a través de aplicaciones como Alipay o Wechat. Ambas son fundamentales para tener una estancia más amigable en China, ya que son las principales aplicaciones de pago en un país donde los billetes parecieran ser algo anticuado.

Beijing tiene miles opciones de comida porque es una ciudad cosmopolita al igual que Shanghái; desde taquerías, comida australiana, latina, italiana, hasta Starbucks a razón de uno por cuadra y otras opciones como McDonald's, Burger King o KFC. Aunque lo ideal y más económico es la comida china.

En Chile, la comida china es estilo cantonesa, es decir de Cantón una localidad China y tiene una gran diferencia con la que existe en Beijing, donde prima el picante y el comino, la comida siempre tiene mucho aliño, pero poca sal y en todos sus locales encontrarás una foto idealizada de Mao Zedong o Xi Jinping.

La noche en Beijing no tiene nada que envidiarle a las de New York, todos los rascacielos se iluminan en un festival de luces que puedes apreciar desde cualquier punto de la ciudad. Al terminar el día, todo el mundo cae a un mismo lugar Casa Bacardi, donde los ritmos, las canciones y los idiomas conviven en una simbiosis, siendo curiosamente la canción más coreada de la noche una de Alicia Keys: "in New York concrete jungle where dreams are made of there's nothing you can't do now you're New York".