Juan Martín Del Potro confesó el calvario que vive con sus lesiones: Me consume anímicamente todo
El argentino tendrá este domingo su partido de despedida ante Novak Djokovic.
El argentino Juan Martín Del Potro, quien se despedirá del tenis este domingo en un partido contra el serbio Novak Djokovic en Buenos Aires, realizó una dura confesión en redes sociales, contando el calvario que vive con sus lesiones desde hace cinco años.
"Siento que tengo que contarles cómo estoy porque me hace bien. Siempre tuve conexión con el público y tal vez este mensaje pueda inspirar o ayudar a otra gente. Mi vida cotidiana no es la que yo deseo", contó Del Potro, exnúmero tres del mundo, ganador del US Open en 2009 y campeón de la Copa Davis con Argentina en 2016.
"Era un tipo muy activo, al que le gustaba mucho hacer deportes. Y ahora me invitan a jugar al fútbol y soy el que lleva el mate y se sienta afuera. O van a jugar al pádel y hago los videítos. Y para mí es terrible. Además, desde lo deportivo me quitaron la ilusión de hacer lo que siempre me gustó hacer, que es jugar al tenis", lamentó Del Potro.
El trasandino remarcó que "es muy complicado. Hay veces que no tengo más ganas. No soy indestructible. Soy como cualquier persona que tiene cosas buenas y cosas malas, pero muchas veces tengo que poner buena cara en determinadas situaciones y hay veces que tengo mala energía. Lo de la pierna me consume anímicamente todo. Porque no solo estoy en esa búsqueda de mejorar, sino que además padezco el día a día".
Del Potro también detalló su pesadilla con las operaciones, revelando que se sometió a ocho cirugías con tal de poder arreglar su rodilla.
"Debo tener más de 100 inyecciones en la pierna, en la cadera y la espalda. Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me bloquearon tendones... Un sufrimiento diario, que lo sigo teniendo", contó.
"Me operé ocho veces con médicos de todo el mundo, gastando fortunas. Cada vez que me ponía la anestesia, sentía que iba a salir bien operado y que no me iba a doler más. Y decía 'Guau, voy a estar dando la vuelta al dique en Tandil sin dolor'. Y al cabo de dos o tres meses, era llamar al médico y decirle 'Esto no funcionó, estoy igual que siempre'", aseveró.