Antidíscolos y umbral mínimo: Parlamentarios proponen reformar el sistema político

Publicado:
- Periodista Radio: Jorge Espinoza Cuellar
- Periodista Digital:
Cooperativa.cl

Senadores y diputados presentaron un proyecto que concita un apoyo transversal.

Según sus promotores, esto reduce la atomización y facilita los acuerdos en el sistema democrático.

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El Gobierno tomó nota de la iniciativa y abrirá un proceso de diálogo con los partidos, pero no se tiene claridad aún si presentará un proyecto a nivel de Ejecutivo o sólo ingresará indicaciones.

Parlamentarios de distintos sectores políticos propusieron este miércoles un nuevo proyecto de ley para modificar el sistema político y que ya goza de un temprano apoyo transversal.

La iniciativa fue presentada por distintos congresistas, como el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), sus pares Alfonso De Urresti y Gastón Saavedra (ambos del PS), la senadora UDI Luz Ebensperger, el timonel de RN, Rodrigo Galilea, el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, y el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli).

Asimismo, el proyecto fue suscrito por representantes de los comités socialistas y del Partido por la Democracia. 

Uno de los puntos principales de la propuesta es evitar el discolaje en los partidos políticos: o sea, si un parlamentario renuncia a la militancia en el colectivo que apoyó su candidatura, también perderá su escaño en el Congreso.

Otro aspecto corresponde a establecer un umbral mínimo del 5% de votos a nivel nacional -obtenidos en las elecciones- para alcanzar un puesto en la Cámara de Diputados.

En otras palabras, si un partido no alcanza dicho porcentaje, no tendrá derecho a ningún asiento en la Cámara Baja; a no ser que los votos permitan a la tienda alcanzar ocho parlamentarios, sean diputados o senadores.

Por último, la iniciativa también promueve la redistribución equitativa de escaños según la población de cada distrito, con actualizaciones cada diez años; la prohibición de listas formadas únicamente por candidatos independientes; nuevas reglas de transparencia y control para la formación, financiamiento y disolución de partidos, incluyendo la obligatoriedad de una contabilidad pública y la prohibición de recibir aportes de personas jurídicas distintas del Fisco.

"Los partidos debemos tomar riesgos y trabajar por conseguir un apoyo mayoritario al 5%. O es eso u ocho parlamentarios, sumando diputados y senadores. Además, hay una norma transitoria que permite fijar un 4% mínimo en la primera elección", dijo De Urresti.

Ebensperger manifestó que el proyecto "tiende a ordenar al sistema político. Asimismo, establece la posibilidad de fusión (entre partidos) y acuñar el término de "federación" -que hoy no existe- que requerirá el día de mañana una ley".

"Estamos frente a un sistema político que ya cumplió su ciclo; tenemos que mejorarlo porque así mejoramos la democracia. Y ¿cómo queremos mejorar la democracia? Acercándonos más a la ciudadanía, buscando mayores acuerdos, evitando la mayor polarización que se ha venido dando en el último tiempo", agregó.

Piso mínimo para representatividad en el Congreso

La exigencia del umbral mínimo de votos para tener participación en el Parlamento se configura como una amenaza a los partidos pequeños, por lo que se espera que la iniciativa tenga resistencia en la Cámara Baja debido a que se conforma por un grupo no menor de tiendas menores y parlamentarios independientes.

En este contexto, la mirada se fija en el colectivo de Demócratas, cuyo rendimiento electoral es un misterio: se formó por parlamentarios que antes pertenecían a otros partidos.

Evópoli, en tanto, durante la última elección de concejales no alcanzó el 5% de los votos; sin embargo, la tienda apoya de igual manera la iniciativa.

Los promotores del proyecto argumentan que la idea es "buscar mayor estabilidad política, mayor representatividad y mayor gobernabilidad a ambas cámaras, con un sistema que avance en elementos que fueron absolutamente de consenso en el acuerdo constitucional", en palabras de De Urresti.

"Cuando hay demasiados partidos políticos, en lugar de fomentar un debate constructivo y creativo, lo que ocurre es que se genera un ruido constante del cual es difícil salir. Este tipo de situaciones comienza a alimentar intereses identitarios que desvían la atención de los grandes problemas nacionales. Es precisamente ese esfuerzo el que estamos llevando a cabo aquí", añadió Galilea.

Con todo, el Gobierno tomó nota y abrirá un proceso de diálogo con los partidos, pero no se tiene claridad aún si presentará la iniciativa a nivel de Ejecutivo o sólo ingresará indicaciones.