China Hoy: Tejiendo una historia de vida única
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La argentina Viviana Cardozo se ha convertido en toda una celebridad en el distrito chino donde vive.
China Hoy
La argentina Viviana Cardozo se ha convertido en toda una celebridad en el distrito chino donde vive.
Nunca se sabe lo que depara el destino, lo cual es especialmente cierto en el caso de Viviana Cardozo, quien luego de más de 15 años en China, se ha convertido en toda una celebridad en su propio mérito.
Es difícil imaginar cómo Viviana Cardozo, oriunda de Argentina, llegó a Changting, un pequeño distrito a orillas del río en los confines de la provincia de Fujian.
Todo empezó a finales de 2004, cuando conoció al que sería su marido –Yang Cong, o Pablo– en una iglesia evangélica de la colectividad china en Buenos Aires. Por aquel entonces, la joven estaba por terminar sus estudios, y además participaba como voluntaria en el área escolar de la pastoral, mientras Pablo lo hacía en el área de adultos.
Aunque solo se encontraban una vez por semana, esto fue suficiente para que Pablo la notara y diera el primer paso. "Casi ocho meses después de conocernos, me pidió mi número de teléfono con la excusa de que quería saludarme en las fiestas de fin de año", señala Cardozo.
A partir de ese instante, las cosas tomaron vuelo y, a finales de 2006, un año después de que la pareja empezara a salir, Viviana Cardozo quedó embarazada de su primer hijo. Pablo no había vuelto a China desde 1999, por lo que la llegada del retoño representaba la ocasión perfecta para hacer un viaje y, de paso, para que los abuelos paternos conocieran a su nieto. "Yo tenía una visa de turista que duraba seis meses, (ya que) pensaba que íbamos a volver a Argentina en ese lapso".
Sin embargo, el destino les daría una sorpresa.
"Con el correr de los meses, me adentré cada vez más en la familia y me agradaba el lugar, los paisajes, la gente y su cultura", explica Cardozo.
Aunque es una localidad pequeña, lo cierto es que Changting se encuentra emplazada en medio de un idílico paisaje y es también una de las cunas más importantes del pueblo y cultura hakka.
Sin embargo, la distancia, las diferencias culturales y la imposibilidad de comunicarse fueron algunas de las cosas que más le pesaron. "Al principio me costó mucho y el desarraigo fue duro", reconoce.
"La tecnología facilitó la comunicación y ver a mis familiares mediante videollamadas aliviaba un poco el distanciamiento, aunque no es lo mismo que recibir abrazos y estar presente".
Poco a poco, y gracias a la buena voluntad de la gente -y en especial de sus suegros, de quienes Viviana Cardozo dice que se siente profundamente agradecida- la situación fue tomando un nuevo color. Apenas una semana después de aterrizar, su suegro la llevó a una librería, donde compró muchos libros infantiles y tarjetas en pinyin.
"Yo creía que eran para mi hijo, pero al llegar a casa comenzamos mis clases de chino. Gracias a esto aprendí el idioma desde la base, y todo lo que sé hoy en día se lo debo a mis suegros y a su gran paciencia", confiesa la bonaerense del barrio de Parque Patricios.
Con el correr del tiempo, Cardozo se fue compenetrando cada vez más en su nuevo hogar lejos de casa y en la sociedad. Trabajaba codo a codo con su marido en la panadería de ambos y, para 2012, ya habían abierto cinco sucursales.
Pese a su buen pasar, había un sueño latente. "Pablo tenía en mente hacer un casamiento grande y tradicional, como acostumbran en su pueblo", recuerda. Sin embargo, sus suegros, que naturalmente eran de mentalidad más tradicional, pensaban que ello no sería bien visto entre la comunidad debido a que la pareja ya tenía un hijo.
Transcurría el año 2016 cuando un llamado los tomó por sorpresa. Fueron contactados por el programa Extranjeros en China del canal CCTV-4, que se había interesado en su historia. "Siempre veía ese programa, pero nunca me imaginé salir en la televisión", menciona Cardozo.
No obstante, lo que más la emocionó fue el hecho de que finalmente, luego de 10 años juntos, se iban a casar. Y no solo sería ante los ojos de sus familiares y amigos más cercanos, sino que de miles de televidentes.
"Cuando la directora del programa le hizo el reportaje a Pablo salió este tema y él le confesó que sentía mucha pena por no habernos casado con una gran ceremonia y festejos tradicionales", explica. "El programa cumplió ese sueño y fue mucho más emocionante de lo que esperaba", dice Viviana Cardozo de manera agradecida.
Ambos ya tienen tres hijos. Al primer hijo varón se sumaron dos hijas mellizas, y aunque ya vendieron las panaderías de las cuales eran dueños, ahora poseen un restaurante coreano que ha tenido una gran aceptación por parte del público, sobre todo entre la gente más joven. Pero eso no es todo. Se han convertido en una familia ejemplar, gracias a lo cual han recibido varios reconocimientos por su destacada labor.
"En 2006 llegué a este pequeño distrito y desde un principio fue fácil entablar una amistad con mis vecinos, ya que son gente muy amable", manifiesta Viviana Cardozo, cuyo nombre chino, Yang Qina (Yang es el apellido familiar, qi significa "preciado" o "valioso" y na es un nombre femenino para una persona dotada de belleza y elegancia), fue elegido por su suegra.
"Siempre colaboré en lo que estaba a mi alcance; por ejemplo, cuando encontraba a personas mayores en situaciones difíciles, las asistía directamente o contactaba a sus familiares", agrega.
Estas acciones, sobre todo por parte de una extranjera, fueron valoradas positivamente por la gente del distrito. De esta forma, en 2015 fueron elegidos como la "mejor familia" del poblado de Tingzhou (bajo la jurisdicción de Changting) y posteriormente también del distrito de Changting, de la ciudad de Longyan y de la provincia de Fujian en los años 2017, 2019 y 2021, respectivamente.
Además, desde el primer programa en que celebraron su boda, han participado en varias producciones televisivas. En 2017, fue invitada a un programa en el que tuvo el honor de dar a conocer el tango a través de la pieza "Por una cabeza", del connotado cantante y compositor argentino Carlos Gardel.
Asimismo, en 2018 el distrito de Mojiang, en la provincia de Yunnan, invitó a Viviana Cardozo y a su familia a participar en el programa Las aventuras de las mellizas, a lo cual se sumaron otros shows como Sentimiento chino y Lejos y cerca, aparte de entrevistas a diarios y revistas locales y provinciales.
En razón de todos estos méritos, y de sus otras contribuciones en pos de la promoción turística, el gobierno local de Changting nombró a Viviana Cardozo como portavoz y embajadora turística. Hay muchas cosas que la argentina ama de Changting.
"Es muy difícil elegir una sola porque está lleno de encantos que enamoran a cada persona que lo visita", expresa, a la vez que destaca la bondad de sus habitantes. "La gente es honesta, trabajadora, amable, generosa y siempre está dispuesta a ayudar si uno lo necesita", añade.
Hoy por hoy, Viviana Cardozo, proveniente de un país a varios miles de kilómetros de distancia y quien apenas podía chapucear unas pocas palabras en mandarín cuando aterrizó en China, se ha convertido en un ejemplo para su comunidad y en una verdadera promotora del pueblo que la ha acogido.
Su afecto hacia China es inmenso, pero su amor hacia Argentina tampoco se ha desvanecido. Por lo mismo, desea que sus hijas mellizas puedan estudiar allá –tal como su hijo– para empaparse de lleno en la cultura e idioma y, de esta forma, seguir trabajando por la cooperación y hermandad entre los pueblos.
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