Cooperación espacial con China para el desarrollo científico y tecnológico

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Autor: Cooperativa.cl

Con alrededor de 200 satélites orbitando la tierra, lograron desarrollar su propio sistema de navegación, el BeiDou, y un sistema de observación terrestre de alta resolución. China ya es una potencia aerospacial.

Cooperación espacial con China para el desarrollo científico y tecnológico
Efecto China
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Por: Ignacio Araya, Cientista Político de la Universidad Diego Portales. Máster en Gestión Pública, Renmin University of China. Doctor en Relaciones Internacionales, Centra China Normal University.

A fines de septiembre de este año, se realizó la Conferencia Espacial de China 2020, en la ciudad de Fuzhou, capital de la provincia de Fujian. Organizada por la Sociedad China de Astronáutica y la Fundación Espacial de China, la conferencia tuvo un anuncio particularmente desafiante para la astronáutica china: convertirse en el tercer país del mundo en traer material lunar a la Tierra. De esta manera, a través del lanzamiento de la sonda lunar Chang'e-5, se recolectarían muestras lunares y se traerían al planeta a mediados de diciembre. Completando o no la misión, lo cierto, es que el programa lunar chino ya es un éxito.

Este programa ya cuenta con resultados positivos como el brote de plantas en la Luna con semillas llevadas por el Chang'e-4 (cultivos que ayudarán a la exploración espacial en el largo plazo) enmarcándose dentro de un Programa Espacial mucho más íntegro y ambicioso, dirigido por la Administración Espacial Nacional China (CNSA). Con alrededor de 200 satélites orbitando la tierra, lograron desarrollar su propio sistema de navegación, el BeiDou, y un sistema de observación terrestre de alta resolución. China ya es una potencia aerospacial.

Ante el alto desarrollo aerospacial de China, y visto en perspectiva el evidente retraso en el ámbito aerospacial que existe en América Latina y, muy especialmente en Chile, desarrollar mayor cooperación con China no parece una idea descabellada. Un programa satelital, por ejemplo, es fuente de datos e información para combatir el cambio climático y monitorear la pérdidad de la biodiversidad que afecta a nuestra economía y calidad de vida.

Actualmente, los programas de cooperación espacial de la región con el país asiático son dispares. Los casos más positivos son los de Argentina y Brasil. De hecho, Brasil es uno de los países con mayor cooperación, a través del programa satelital conjunto que ha puesto en órbita a 4 satélites, el último concretado en 2019. Por su parte Argentina, ostenta un hito relevante en la cooperación espacial al instalar una estación de observación, en la provincia de Neuquén, en el marco de la Red de Espacio Profundo de China, siendo esta estación la primera construida en territorio extranjero.

Paralelamente a esto, México al asumir recientemente la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), firmó una declaración junto a Argentina sobre la conformación de un Mecanismo Regional de Cooperación en el Ámbito Espacial, que busque constituir una Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio.

A su vez, recientemente el presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció un nuevo Sistema Nacional Satelital que incluirá la puesta en marcha de tres satélites y tres estaciones terrestres. Ante la creación de un Centro Nacional Espacial chileno y la implementación de programas de observación y puesta en órbitas de satélites, sería una muy buena noticia y un salto significativo para la producción científica y tecnológica de Chile y América Latina que nos acercaramos a desarrollar amplios programas de cooperación con una de las potencias líderes en el ámbito aerospacial, como es China.

Tanto en América Latina como en Chile, la atención por los temas aerospaciales se está tomando la agenda. Ante desafíos compartidos y al no contar con una capacidad instalada lo suficientemente desarrollada en la región, la cooperación con China puede ser de gran ayuda para el desarrollo científico y tecnológico de nuestros países, que nos ayude abordar tematicas locales como cambio climático, pérdida de la biodiversidad, desarrollo agrícola, entre otros. Es decir, la ciencia y tecnología al servicio del desarrollo de las personas en nuestras comunidades.

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