Innovación científica y tecnológica empodera China y beneficia el mundo
Estas tecnologías sofisticadas han sido uno de los "secretos" con que China han podido contener la pandemia y reanudar la producción y la vida normal con mucha eficacia.
Estas tecnologías sofisticadas han sido uno de los "secretos" con que China han podido contener la pandemia y reanudar la producción y la vida normal con mucha eficacia.
Por Grupo de Medios de China
El 2020 ha sido un año extraordinario para la innovación científica y tecnológica de China. En el año trascurrido, el gigante asiático pudo recolectar muestras del suelo lunar, enviar sumergible al abismo de 10 mil metros de profundidad, producir la computadora cuántica más rápida del mundo y completar la red de navegación por satélites Beidou. Los éxitos, que no solo han entusiasmado a los chinos, sino también llamado la atención mundial, nunca han sido fáciles de lograr, especialmente en este año testigo de transformaciones en la situación internacional nunca vistas en un siglo y gravemente afectado por la pandemia COVID-19.
La innovación es un requisito endógeno del desarrollo económico de alta calidad del país, y sirve como el principal combustible para empujar la sociedad china a superar las dificultades una tras otra.
Durante la inspección en Beijing sobre la investigación científica en la lucha a la pandemia en marzo, el presidente Xi Jinping comentó que la ciencia y la tecnología son las armas más efectivas del ser humano en la lucha contra las enfermedades. Cuadricópteros entregan medicinas con precisión; médicos efectúan consultas remotas a través de la red 5G; datos masivos ayudan a hallar a latentes infectados... Estas tecnologías sofisticadas han sido uno de los "secretos" con que China han podido contener la pandemia y reanudar la producción y la vida normal con mucha eficacia.
En los últimos cinco años, el fondo anual disponible para la investigación científica en China ha crecido de 1,42 billones de yuanes a 2,21 billones de yuanes. La contribución de la ciencia y la tecnología al PIB se incrementó del 55,3 por ciento al 59,5 por ciento. Al mismo tiempo, el Índice de Innovación del país subió al puesto 14 del mundo.
Este logro histórico es el resultado de la constante adhesión del liderazgo chino en la innovación como la primera fuerza impulsora del desarrollo. El XIV Plan Quinquenal (2021-2025), emitido a fines de octubre, también reafirma la posición central de la innovación en la modernización del país y la independencia científica y tecnológica como apoyo estratégico al desarrollo nacional.
Por supuesto, los resultados fructíferos en la innovación científica y tecnológica no pueden separarse de la protección de los derechos a propiedad intelectual. El informe anual de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual sobre los indicadores mundiales al respecto, publicado en este diciembre, mostró que el número de solicitudes de patente recibidas por la Administración Nacional de Propiedad Intelectual de China alcanzó 1,4 millones en 2019, y sigue ocupando el primer lugar en el mundo. Especialmente, China está perfeccionando el sistema de protección de los derechos a propiedad intelectual en los sectores emergentes como big data, inteligencia artificial y tecnologías genéticas.
Frente al surgimiento el unilateralismo y el proteccionismo, China está consciente de que no se puede obtener las tecnologías clave por medios de petición, súplica ni compra. Solo con reforzar la investigación y el desarrollo autónomos, un país podrá dominar su propio destino de desarrollo tecnológico y garantizar la seguridad nacional.
El hecho de que China concede importancia a la innovación independiente, de ninguna manera significa que el país esté cerrado al mundo. La innovación de China se realizará en un entorno abierto. Como dijo el presidente Xi Jinping, ningún país puede ser un centro de innovación autosuficiente, tampoco puede disfrutar exclusivamente de los logros de la innovación; éstos no deben convertirse en un tesoro escondido en la cueva, sino han de beneficiar a todo el mundo.
Más de una mitad de los países del mundo han comenzado a utilizar el sistema de navegación Beidou, desplegado completamente en las órbitas en pasado junio. En Brasil, contratistas chinos iniciaron en noviembre la obra de construcción del puente Salvador-Itaparica, proyecto que inyectará dinámica al desarrollo económico, la creación de puestos de empleo y la mejora del bienestar del pueblo local. La semana pasada, China anunció que las muestras del suelo lunar recogidas por la sonda Chang'e 5, así como los datos relacionados, serán compartidos para el estudio de científicos e instituciones de todo el mundo.
La apertura se dirige al progreso y la innovación orienta el futuro. China, que está dispuesta de entrar en una nueva etapa de desarrollo, aprovechará aún más la innovación tecnológica para dinamizar su desarrollo de alta calidad, ofrecer más "tesoros" a compartir con los diversos países e impulsar el mundo a salir de la sombra de la pandemia y recuperar su vigor lo antes posible.