Por: Niu Qingbao, embajador de China en Chile
Las drogas ponen en peligro la vida y la salud de las personas, fomentan la delincuencia y la corrupción, y socavan el desarrollo sostenible, convirtiéndose en uno de los factores de riesgo público en el ámbito mundial. En la actualidad, el problema global de las drogas está en constante expansión. La producción, el tráfico y el uso indebido constituyen una problemática de relevancia que está muy presente. Hay una estrecha relación entre el problema de las drogas, el crimen organizado y el terrorismo internacional en zonas críticas, lo que representa una grave amenaza para la seguridad y la estabilidad regional. Es la pobreza extrema un factor detonante de delitos relacionados con las drogas, y la situación internacional de fiscalización en esta materia se ha vuelto cada vez más compleja y severa.
El pueblo chino estuvo profundamente herido por el daño de las drogas. En 1840, estalló la Guerra del Opio a raíz de la introducción forzada de esta sustancia en China por parte de los británicos. Desde entonces, la nación quedó cautiva del Siglo de la Humillación, convirtiéndose en una sociedad semicolonial y semifeudal. En los últimos años, afectada por la constante expansión global del problema de las drogas, la situación de la fiscalización en China aún no nos permite ser optimistas. Ante el nuevo problema de las drogas, el Gobierno Chino siempre ha tomado una actitud de gran responsabilidad hacia el país, la nación, el pueblo y toda la humanidad; adhiriéndose a la postura de un control estricto de las sustancias ilícitas y aplicando todas las medidas necesarias para prohibirlas y beneficiar al pueblo.
El Gobierno Chino hace cumplir estrictamente el control de drogas y continúa realizando campañas especializadas para acabar con las actividades de producción y tráfico a lo largo de toda la cadena. En los últimos años, la fiscalización de estas sustancias ha logrado resultados notables, mostrando una buena tendencia a la disminución de la conducta delictiva relacionada con las drogas, el consumo y el grado de daño que ocasionan.
China ejecutó un programa nacional de educación para la prevención del consumo con un enfoque en los jóvenes. Es menester mencionar que, cada año, más de 100 millones de adolescentes en más de 230.000 escuelas aprenden conocimientos antidrogas de forma online, y la cantidad de drogadictos menores de 35 años ha disminuido en un 57.1% respecto de hace cinco años. El Gobierno Chino proporciona tratamiento gratuito contra las drogas para los adictos que se encuentran enfermos o discapacitados. El 80% de los consumidores se somete a rehabilitación en su barrio y, por cada 15, hay un trabajador comunitario designado que les brinda servicios especializados y apoyo de rehabilitación. Al mismo tiempo, ante la nueva situación de abuso a gran escala de nuevas drogas, como las relacionadas con el fentanilo en algunos países, China tomó la iniciativa en la prohibición de todo tipo de sustancias relacionadas con el fentanilo, desempeñando un rol importante en evitar la producción ilícita, la venta y el abuso de todos los químicos análogos al fentanilo.
Al llevar a cabo una lucha efectiva de fiscalización de drogas, China también participa activamente en la cooperación internacional en esta materia. China apoya firmemente los tres importantes tratados internacionales de fiscalización de drogas y cumple con los compromisos asumidos en el documento final que fue aprobado en la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) sobre Drogas de 2016, y la Declaración Ministerial de 2019 de la Reunión de Alto Nivel de la Comisión de Estupefacientes de la ONU; profundizando el intercambio de información de inteligencia sobre fiscalización de drogas y la cooperación policial con otros países, llevando a cabo operaciones conjuntas para fiscalizar y combatir la delincuencia organizada transnacional relacionada con las drogas. China desempeña un rol activo en el marco de las Naciones Unidas, la Organización de Cooperación de Shanghái, los BRICS y otros organismos multilaterales y bilaterales, para abordar de manera conjunta los desafíos que plantea el problema de las drogas.
Resolver este problema en una fecha temprana y construir un mundo mejor y saludable es la aspiración común de los pueblos de todos los países, y requiere de los esfuerzos conjuntos de todas las naciones del mundo. China aboga por salvaguardar firmemente la autoridad de los tres tratados internacionales de fiscalización de drogas y utilizar métodos más científicos, tanto para prevenir como resolver, los riesgos y daños causados por nuevas drogas, como sucede con los químicos análogos al fentanilo y otros; mediante la coordinación y cooperación de todos los países en temas de legislación, política y acción, para lograr interacciones globales. China está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional, incluido Chile, para profundizar la cooperación mundial en materia de la fiscalización de las sustancias ilícitas, promover conjuntamente la gobernanza global de las drogas y compartir un futuro libre de estas.