Embajador destaca electromovilidad, IA y planificación como ejes del futuro entre Chile y China
En el marco de los 55 años de relaciones diplomáticas, Pablo Arriarán destacó el salto de 6.000 a 60.000 millones de dólares en comercio tras el TLC.
En el marco de los 55 años de relaciones diplomáticas, Pablo Arriarán destacó el salto de 6.000 a 60.000 millones de dólares en comercio tras el TLC.
Al cumplirse 55 años de relaciones diplomáticas entre Chile y la República Popular China, el embajador en Beijing, Pablo Arriarán, realizó un exhaustivo balance del vínculo bilateral, destacando no solo el explosivo crecimiento comercial, sino también los desafíos estratégicos para la próxima década, centrados en la tecnología verde y la planificación estatal.
En conversación con Efecto China, el diplomático subrayó el impacto transformador que tuvo la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 2005, calificándolo como el hito más relevante de las últimas décadas.
Según detalló Arriarán, el acuerdo ha reconfigurado la economía nacional. "Se trata de un acuerdo comercial muy, muy beneficioso para ambas partes y en el caso nuestro nos ha permitido generar un aumento del comercio total con China de un nivel de un poco más de 6.000 millones de dólares a casi 60.000", explicó.
Más allá de las cifras macroeconómicas, el embajador puso énfasis en cómo la cooperación tecnológica está mejorando la calidad de vida en Chile, citando el reciente envío de una nueva flota de transporte público.
El embajador relató su participación en la entrega simbólica de 350 buses eléctricos en la ciudad de Suzhou donde, relató, "destaqué el impacto que esta nueva tecnología ha generado, la de la electromovilidad. Según algunas mediciones que ha hecho nuestro Ministerio de Transporte, la contaminación acústica en los principales ejes de transporte de la ciudad ha disminuido en magnitudes de más de 40%. Igual que la contaminación de gases también ha bajado".
Para los próximos cinco años, Arriarán proyecta una diversificación de la matriz colaborativa: "Yo creo que uno puede esperar que en algunos sectores determinados, como el de las energías renovables, las tecnologías limpias, la infraestructura sustentable, inteligencia artificial, ahí en todas estas áreas yo creo que hay espacio para que la cooperación entre ambos países se fortalezca".
Uno de los puntos más analíticos de la entrevista giró en torno a qué aprendizajes puede tomar Chile del vertiginoso desarrollo chino. Para el embajador, la clave radica en la visión a largo plazo, un desafío pendiente para la institucionalidad chilena.
"A nivel nacional, me parece a mí que una cuestión admirable que existe en China, que uno quizás para un país como Chile podría generar como un aprendizaje que deberíamos estudiar e idealmente imitar, es tener la capacidad de planificar", afirmó.
El diplomático profundizó en la raíz histórica de este fenómeno: "Existe desde hace generaciones esta vocación por el orden, buscar orden. (...) Probablemente es el resultado de la capacidad que tiene China de generar planes e involucrar no solo al gobierno, sino que al sector privado en el desarrollo de políticas públicas que ordenan el territorio y que promueven el desarrollo".
Finalmente, Arriarán contrastó el éxito de la integración regional en Asia (ASEAN) con las dificultades en Latinoamérica, instando a mirar cómo los países asiáticos logran "poner de lado sus diferencias culturales, políticas, a veces de delimitación de fronteras, y logran avanzar en cuestiones tan básicas como son mejorar la infraestructura que los conecta".