A la certificación de competencias laborales, se suman la prospección laboral y la articulación con la educación Técnico Profesional, con el objetivo de poner a disposición de los trabajadores, distintos instrumentos que le otorguen mayor empleabilidad y movilidad laboral.
El Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales –ChileValora- enfrenta nuevos desafíos que buscan entregar herramientas de empleabilidad a los trabajadores del país y sumar nuevos logros que apoyen el mercado laboral, luego de haber alcanzado más de 120 mil trabajadores certificados en los 21 sectores productivos que han participado junto a la entidad pública, en sus diez años de funcionamiento.
En esta nueva etapa la institución refuerza y suma nuevos ejes a su quehacer, pues en un contexto donde la automatización, tecnologización y otros factores influyen fuertemente en el mundo del trabajo, la institución surge como una instancia valiosa para entregar herramientas eficaces que permitan dar mayores posibilidades de empleabilidad. Lo que se logra reconociendo la experiencia y habilidades de los trabajadores del país -a través de la certificación de competencias laborales-, pero también a través de la articulación con la educación Técnico Profesional y el estudio y prospección del mercado laboral.
Para el secretario ejecutivo de la institución, Francisco Silva, "se han conseguido avances relevantes que permiten seguir aportando en la construcción de un sistema que contribuya a la reducción de las brechas del capital humano, genere mayores oportunidades de formación continua y cuente con trabajadoras y trabajadores calificados; favoreciendo con ello su empleabilidad y, por consecuencia, la productividad del país".
Nuevos ejes
El estudio y prospección del mercado laboral permitirá poner a disposición de distintos usuarios información, para orientar la toma de decisiones e implementar políticas públicas pertinentes, de esta forma, se podrá analizar la evolución del empleo y distinguir los sectores y oficios que concentran mayor generación de puestos de trabajo, de aquellos que lo disminuyen porefectos del cambio tecnológico, demográfico y climático.
En cuanto al vínculo con la educación Técnico Profesional se está desarrollando un trabajo con diversas instituciones públicas y privadas para facilitar el desarrollo de carreras de los trabajadores, impulsando el reconocimiento de aprendizajes previos, las salidas intermedias y el diseño curricular acorde a las necesidades de las industrias alineado al Marco de Cualificaciones Técnico Profesional. Esto, dada la necesidad que existe de contar con una fuerza laboral que acceda a una formación continua, que le permita responder a las necesidades del mundo del trabajo.
Foco en grupos vulnerables
Dentro del quehacer de ChileValora, existe un permanente impulso para certificar las competencias de grupos vulnerables de la sociedad, "porque para potenciar la fuerza laboral en Chile, necesitamos también poner el foco en quienes han tenido menos oportunidades, reconociendo lo que saben hacer y lo que pueden aportar a la sociedad" explicó Silva.
En este contexto, durante el último mes, se llevaron a cabo dos importantes procesos que buscan ser un aporte. Las certificaciones de madres adolescentes de La Pintana y la de internos del Centro Penitenciario Colina 1, quienes con orgullo demostraron sus habilidades laborales.
El primero se enmarca en el trabajo colaborativo que se desarrolla junto a la Fundación Soy Más- dedicada a trabajar para mejorar la calidad de vida de jóvenes embarazadas y madres adolescentes- y que promovió la certificación en oficios como Vendedoras y Ayudantes de Cocina y, de este modo, sumar esta herramienta a la nivelación de estudios.
"Antes de llegar a la Fundación tenía sólo octavo básico, terminé mi enseñanza media y elegí capacitarme en el oficio de vendedora, porque siempre me gustó trabajar en la caja. Ahora con este certificado, pienso que será más fácil que antes encontrar trabajo, porque es algo que me valoriza", expresó Alexandra Castillo de 18 años, luego de recibir su licencia de enseñanza media, junto a su certificado de competencias.
El segundo proceso, se refiere a la certificación de más de 100 internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina 1, quienes recibieron el certificado que reconoce sus competencias laborales como Panificadores.
Para José Guzmán, uno de los internos certificados, "hay algo reconfortante en saber que el producto lo producimos nosotros mismos. De ahí es que tomamos la palabra de valor al trabajo, de lo que somos capaces de hacer. Hoy podemos decir que el pan que consumimos lo hacemos nosotros mismos, en el taller de Panadería de Colina 1. El orgullo y satisfacción más grande es saber que nuestro producto es esperado en otro lugar, como alguna vez, lo esperamos nosotros".
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