Más de 20 agrupaciones artísticas de Ñuble se plegaron a las demandas nacionales de la Coordinadora Intersectorial de Cultura en Emergencia (CICE), acusando la falta de políticas culturales que atienda la crisis del sector por la pandemia del Covid-19.
Para ello enviaron una carta a la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, con copia a la seremi María Soledad Castro, en la que "exigen un accionar sensato de las autoridades ministeriales y regionales respecto a las deficientes prácticas administrativas en los procesos de construcción de políticas culturales de la región de Ñuble".
En la misiva además acusan que no han sido vinculados a las decisiones para resolver las problemáticas del sector en Ñuble, precisando que "las diferentes instancias de reunión con la seremi se han limitado a ser informativas".
Se trata de una carta firmada por sindicatos de actores y actrices, pintores y escultores, titiriteros, gestores audiovisuales, editores independientes, representantes de danza contemporánea, músicos, cinéfilos, y otros colectivos.
Gestores alzan la voz
Richard Pincheira, gestor cultural y director de Chillán Activo, señaló que "los recortes presupuestarios a cultura van en perjuicio de los espacios de autogestión que llevan muchos años trabajando y que han sido esenciales en materias de capacitación y creación de arte local".
En tanto, César Parra, de la Asamblea de Titiriteras y Titiriteros (Attich) de Ñuble, indicó que "muchos artistas estamos sin desarrollar actividades desde marzo, y las respuestas de las autoridades han sido insuficientes. Por ejemplo, el plan de activación cultural financia talleres a cifras indignas y han insistido en la concursabilidad de los fondos, a pesar de la emergencia".
Finalmente, Pedro Villagra, del Sindicato de Actores y Actrices (Sidarte) en Ñuble, manifestó que "nos hemos quedado con inversiones hechas de montajes y proyectos truncados, y los esfuerzos por reinventarse usando medios telemáticos para exhibir obras han sido pasando la gorra, o sea, pidiendo aportes y donativos para las compañías. Entonces, necesitamos la ayuda estatal para la sobrevivencia de las artes".
Los gestores coinciden además en que se han hecho esfuerzos para que se generen planes comunales de cultura, pero sin recursos para su ejecución ni para su seguimiento, así que son pocas o nulas las posibilidades de incidir con propuestas locales.