Familiares, amigos y admiradores dieron el último adiós a Ernesto Sabato
Miles de argentinos llegaron a homenajearlo en el club Defensores de Santos Lugares.
Sus restos fueron sepultados en el Cementerio Jardín de Paz.
Miles de argentinos llegaron a homenajearlo en el club Defensores de Santos Lugares.
Sus restos fueron sepultados en el Cementerio Jardín de Paz.
Familiares, amigos y admiradores de Ernesto Sabato despidieron los restos del escritor argentino, fallecido este sábado a los 99 años, con una ceremonia en un cementerio privado a las afueras de Buenos Aires.
El sepelio de quien en 1984 fue galardonado con el Premio Cervantes, que iba a concluir en la noche de este sábado, finalmente continuó el domingo por decisión de la familia del escritor y ante la innumerable cantidad de gente que se acercó para dar su último adiós a esta figura icónica de la literatura argentina.
El velatorio se llevó a cabo en el club Defensores de Santos Lugares, al que Ernesto Sabato concurría a tomar café y a jugar al dominó con sus vecinos.
La decisión de velar sus restos en esta institución social y deportiva fue adoptada por Mario Sabato, hijo del escritor, quien admitió que simplemente cumplió un deseo de su padre.
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| Las muertas de afecto se multiplicaron en el último adiós de Sabato. |
Coronas y una caravanaEl autor de "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador", entre otras, murió este sábado en su casa de la localidad bonaerense de Santos Lugares, en la que residió durante los últimos 50 años.
Debido a su ceguera, Sabato vivía prácticamente recluido en su casa y se había visto obligado en los últimos años a abandonar sus dos principales pasiones, la lectura y la escritura.
Pese al llamado de Mario Sabato, hijo del escritor, innumerables coronas de flores fueron enviadas al club Defensores de Santos Lugares, entre ellas las de la presidenta argentina, Cristina Fernández y la Secretaría de Cultura.
Concluido el sepelio, una larga caravana de autos acompañó al cortejo fúnebre que trasladó los restos del escritor al cementerio Jardín de Paz, en la localidad bonaerense de Pilar, donde fueron inhumados en una lluviosa jornada.