El cineasta colombiano Lisandro Duque aseguró que la obra literaria de Gabriel García Márquez no se puede traducir a la pantalla pese a la pasión por el séptimo arte que tenía el ganador del Nobel de Literatura en 1982 y al que le gustaba presentarse como "El Hijo del Telegrafista".
En el coloquio "Gabo y el Cine", celebrado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), Duque compartió protagonismo con el chileno Miguel Littín y el cubano Senel paz, y señaló que la traslación del mundo garciamarquiano al cine ha generado grandes errores.
"La mayoría de cineastas supusieron que a Gabo había que evidenciarlo en la pantalla con una serie de desmesura conseguible solo con efectos muy artificiosos. Ahí radicó el resbalón de muchas adaptaciones", señaló.
En este sentido destacó que muchos cineastas olvidaron "la manera tan cotidiana como operan sus personajes", razón por la que fracasaron las adaptaciones de las obras de García Márquez.
Asimismo, destacó que para conseguir trasladar la obra del nobel colombiano al cine es necesario identificar la "cotidianeidad (de sus novelas), porque García Márquez lo extraordinario lo convierte en trivial y a lo insignificante le da una dimensión épica e imposible".
"Todas las pantallas"
Por su parte, Miguel Littín, que fue amigo personal de García Márquez, señaló que para "Gabo una pantalla no era suficiente. Para las necesidades de Gabo, necesitaba todas las pantallas" porque fue el impulsor de una forma nueva y distinta de narrativa que llevó al reconocimiento de la identidad latinoamericana.
Littín subrayó que García Márquez ayudó a crear un "arte desmesurado e inmenso", que fue capaz de otorgarle al continente "voz, imagen, palabra y música".
"Esa es la gran acción y significado de García Márquez en el cine de Latinoamérica", apostilló.
El cineasta chileno destacó que gracias a las lecturas de García Márquez y de otros literatos latinoamericanos de la época fue capaz de conocer y comprender mejor el continente, si bien recordó que cuando le planteó ese aprendizaje a Gabo, este le dijo que "la única madre de todas las ciencias es la realidad".
"Aprende de la realidad, no de los libros", le espetó el autor de "Cien Años de Soledad" a Littín.
"Entró por el techo"
Durante su intervención, Senel Paz explicó que Gabo era "un hombre que quería ser cineasta y se fue convirtiendo en escritor" y subrayó que la vida del nobel colombiano se puede dividir en dos capítulos: "García Márquez corriendo detrás del cine y el cine corriendo detrás de García Márquez".
Y es que, como rememoró Paz, "El Hijo del Telegrafista" intentó acceder al mundo del séptimo arte como cineasta, luego como guionista y finalmente como crítico y nunca lo consiguió, pero una vez consolidado como escritor de prestigio fueron muchos los que quisieron adaptar su obra a la gran pantalla.
"García Márquez entró en el cine por el techo", concluyó.
Este coloquio es parte de un ciclo de conferencias, ponencias y encuentros que se celebran en la presente edición de la Filbo que tiene como invitado de honor a Macondo, el universo mágico que creó Gabriel García Márquez y universalizó "Cien Años de Soledad", su obra cumbre.