El literato realizó un sentido mea culpa por su colaboración con el régimen de Hitler, pero destacó que su autobiografía cumplió el objetivo de cuestionarse a sí mismo.
El premio Nobel de Literatura Günter Grass aseguró que en su juventud se dejó seducir por el nazismo sin hacer preguntas, en una nueva aproximación a su polémica pasado, en la que también dio cuenta del dolor que le causó la reacción que hubo tras la publicación de su libro de memorias, en el que confesó haber sido miembro de las Waffen-SS.
En entrevista con el diario español El País, el autor alemán, quien cumplirá 80 años en octubre próximo, reveló que tras la publicación en Alemania del texto sólo sobrevivió al "escándalo" generado gracias a su actual mujer, Ute.
Ahora que el libro va a aparecer en español, la controversia quedó superada y parece "más relajado y feliz que en aquellos días terribles en los que cayó sobre él la amenaza de ser despojado de afectos y honores", según el diario.
Grass manifestó que si se escribe una autobiografía, es para ponerse en duda a sí mismo, a la persona entera, y "así ha sido conmigo. Yo me preguntaba cómo un chico que no era precisamente tonto había creído hasta el final en la victoria final".
"¿Cómo fue posible que no lo pusiera en duda en ningún momento? ¿Cómo es posible que no se haya preguntado por el profesor del colegio que había desaparecido y que volvió después de cierto tiempo?, ¿Cómo no me pregunté qué había pasado con él?", se cuestionó.
El ganador del Premio Nobel de Literatura 1999 dijo que son cosas muy importantes sobre las que no se preguntó, y de eso trata el libro en su primera parte.
Manifestó que cree que con "Pelando la cebolla" ha contestado todas las preguntas pendientes, y en seguida relató que hay una frase en ese libro que dice: "Mi generación se ha dejado seducir".
"Y yo digo: nosotros nos dejamos seducir, yo me he dejado seducir. No quiere ser una excusa sino una explicación. La organización juvenil de los nazis tuvo un atractivo tremendo y un poder de seducción impresionante", precisó.
Según añadió, "nos dejamos fascinar sin hacer preguntas. Esa es la explicación que puedo dar hoy".
Grass sostuvo que ha vivido casi siempre la experiencia de que se le pidan cuentas, pues cada vez que sale un libro de él, la reacción es muy fuerte, tanto a favor como en contra, "pero lo que he visto y he vivido con este libro no tiene nombre", compartió.
"Ha sido un cúmulo de maldad, de mala idea, y esta reacción no sólo me ha sorprendido, sino que además me ha herido", subrayó.
Grass relató que en agosto pasado estuvo en Dinamarca, como todos los años, para disfrutar el verano con su mujer; dibujaba, escribía y en ese momento llegó esta oleada de lo peor que podía esperar.
"Gracias a Dios pude seguir escribiendo y dibujando. Esa fue mi reacción, seguir creando. Lo que se quería lograr era hacerme callar, y me negué", dijo.
Indicó que escribió un libro de poemas "en el que aludo a este tiempo, a agosto, y que se podría llamar en español 'El payaso de agosto'". El estúpido mes de agosto. Intenté dar una respuesta a esa oleada de odio con estos poemas. Desde que los publiqué me sentí mejor".
El escritor estimó que las reacciones trataron de destrozarlo, pero no lo han conseguido.
"'Pelando la cebolla' ha tenido gran éxito, ha llegado a muchos lectores. Y por primera vez en la vida he recibido muchas cartas de lectores tanto de mi generación como más jóvenes que han expresado su gratitud por ese libro", precisó.
"Me decían que después de leerlo por primera vez se sentían dispuestos a hablar con sus hijos o con sus nietos de lo que había sucedido entonces. Y la gente joven me decía que después de haber leído lo que escribí, los abuelos y las abuelas les han hablado de la guerra", relató. (Agencias)
