La escritora británica J.K. Rowling compartió en Twitter el contenido de dos cartas de rechazo que recibió de distintas editoriales, cuando entregó una copia de la primera novela que escribió bajo el pseudónimo de Robert Galbraith.
La creadora de la exitosa saga Harry Potter ha publicado otra serie, destinada esta vez al público adulto y de género detectivesco, bajo una falsa identidad que terminó descubriéndose tras una filtración.
Rowling vendió aproximadamente 1.500 copias de esa primera novela escrita con pseudónimo, "The Cuckoo's Calling" ("El canto del cuco"), publicada en 2013, antes de que el dominical británico "The Sunday Times" destapara que era ella quien estaba detrás de ese nombre ficticio y sus ventas se aumentaran exponencialmente.
La multimillonaria escritora compartió en su cuenta de Twitter con sus seguidores que, cuando aún buscaba una editorial que publicara el primer libro firmado como Galbraith, fue rechazada por las casas de edición.
Por inspiración, no por venganza
La escritora quiere así animar a los aspirantes a escritor que pueden sentirse ignorados por los editores.
Una de esas editoriales, Constable & Robinson, le decía que "no podía publicar (The Cuckoo's Calling) con éxito comercial".
En concreto, llega a sugerir a Rowling que busque "un grupo de escritores o un curso de escritura" a fin de obtener una crítica constructiva a su novela debut del género detectivesco.
La segunda carta procede de la editorial Creme de la Crime, que explica a la autora británica que, al haberse fusionado con los editores Severn House, son "incapaces de aceptar nuevas entregas por el momento".
En su tuit, Rowling aclara que comparte ambos mensajes "para la inspiración" de otros escritores y que no le mueve la "venganza", por lo que ha borrado las firmas de los autores de las cartas.
Rowling, que tiene más de siete millones de seguidores en Twitter, colgó ambos mensajes en respuesta a la petición de un fan, que le pidió una foto de una misiva de rechazo.
"Las de Potter las tengo ahora en una caja en mi desván, pero podría enseñarte las de Robert Galbraith", le contestó la escritora antes de proceder a mostrarlas.