La decisión la tomó recientemente: se va a retirar de la diplomacia para trasladarse a Madrid y dedicarse de lleno a la literatura. Estamos hablando del multipremiado escritor nacional y actual embajador de Chile en Francia, Jorge Edwards.
El abogado, diplomático y madrugador formado en Princeton dice que está aburrido de la burocracia, que él nunca quiso mezclarse con la política, pero el poder de atracción que tuvo París sobre él, cuando el Presidente Sebastián Piñera le ofreció el puesto en 2010, fue mayor y se transformó en una oferta irrefutable.
Ahora, tres años después, lo único que quiere es dejar de lado estas responsabilidades para volcarse a las letras, algo para lo que necesita mucho tiempo.
En conversación con Cooperativa, Jorge Edwards comentó su decisión apuntando que "para seguir escribiendo me quedan todas las energías del mundo, pero para seguir con la burocracia diplomática, ya no. Eso está bien por un período, pero ya basta".
Consultado sobre la posibilidad de volver a Chile para iniciar su nueva cruzada literaria, el Premio Cervantes planteó que "a Chile yo voy a ver la naturaleza, al país, a los amigos y a la familia, todas esas cosas. También encuentro inspiración, por que ésta se encuentra en todos lados. Pero no es eso lo que prácticamente busco en Chile".
"Busco mantener mi relación con el país, como chileno. Pero para trabajar me conviene mucho y me estimula estar en Europa y en Madrid, que es una ciudad en que se habla mi misma lengua", especificó sobre la idea de escoger la capital española para hacer frente a un futuro literario que quizás puede resultar incierto.
"Espero que todos estos proyectos se puedan realizar, pero no tengo la seguridad absoluta. A lo mejor llego a Madrid y la crisis es tan grande que no me compran un solo libro. A lo mejor. Puede pasar", añadió.
Chile desde afuera
Edwards es más bien precavido a la hora de darle muchos créditos a Chile cuando se trata de la identidad que se ve desde el extranjero. Es más bien duro con ese retrato que hacen los demás de su país natal y cómo éste se inserta en un mundo que se está transformando a toda velocidad y que actualmente se encuentra en crisis, en distintos niveles.
"Tenemos que resignarnos y aceptar que Chile es muy chico y que está muy lejos. Hay que tener sentido de las proporciones. Enseguida, Chile hace poca cosa para que lo respeten como país. Chile está ahí no más pero no asume liderazgos, como lo hacía Chávez en Venezuela o como lo hacían otros", planteó.
Pero luego viene la conclusión, porque "esto significa que hay un respeto y una simpatía por Chile, pero es una cosa distante. Es algo relativo. Ahora lo que yo noto es un interés de los empresarios europeos de invertir en Chile. No saben bien en qué, pero quieren invertir. Eso es bueno, creo yo".
Mantener el curso
Si bien sus responsabilidades en la embajada concluirán cuando se acabe el actual gobierno, Jorge Edwards no se excluye para entregar sus proyecciones de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Piensa en un vencedor, pero también en una advertencia. "Encuentro muy probable que gane (Michelle) Bachelet, pero lo que es importante, y esto es más delicado, es que el gobierno próximo no altere demasiado el rumbo que lleva el país, porque pueden haber errores y limitaciones de todo tiempo, pero el camino no es malo".
Chile "es un país que ha disminuido la pobreza; que crece en la economía; en el que se está haciendo una reforma a la educación que tendrá resultados lentos, pero creo que algunos va a tener, aunque a mi juicio la educación igual y gratuita para todos es una utopía".
Por otro lado, "la perfección existe en el cielo, pero en la tierra tenemos un sistema electoral con problemas, el sistema binominal tiene sus falla; pero tenemos un sistema libre de elecciones".
Actualmente, Jorge Edwards tiene en mente una novela que está por terminar, sobre la que no quiso revelar mayores detalles. También, una vez que se publique aquella obra, se dedicará a completar sus memorias, las cuales serán propuestas como una trilogía, y de la que ya se editó el primer volumen el año pasado, bajo el título "Los círculos morados".