Fue un grupo de integrantes del mismo directorio de la Cámara Chilena del Libro el que desató las rencillas cuando a comienzos de marzo solicitó a los socios el apoyo para exigir a la directiva, en una asamblea, una rendición de estados financieros, reportes de auditorías y respuestas a acusaciones de abandono de deberes y abuso en la toma de decisiones.
Según publicó La Tercera, este fue el detonante para que Arturo Infante y cinco integrantes más de la instancia presentaran su renuncia, tras la acción ejercida por Norberto Dorfler, Wilma Cortés, Miguel Nieto y Rodrigo Lillo. Según detalló el matutino, "hasta la semana pasada, 32 de los 87 socios de la Cámara del Libro apoyaban la asamblea" solicitada por los integrantes del directorio.
La renuncia finalmente fue presentada por el presidente de la Cámara, Arturo Infante, la vicepresidenta Marilén Wood, la secretaria Jimena Pizarro, el director Ramón Olacirregui y el tesorero, Pablo Dittborn, en el marco de una reunión de directorio.
A través de una carta explicaron que "si decidimos sacrificar nuestro tiempo en la actividad gremial no fue para perderlo en rencillas de baja calaña, intentando sesionar en un directorio de griteríos delirantes" argumentaron.
En junio, en la próxima asamblea general del organismo, la renuncia de los integrantes del directorio se haría efectiva.
Los descargos de Infante
En declaraciones a La Tercera, Arturo Infante aseguró "es un cuartelazo, un intento de golpe".
Respecto a las acusaciones en término de finanzas, Infante dijo que eran "artificiales" y en cuanto a la gestión de "Árbol de Color" en la pasada Feria Internacional del Libro de Santiago, aclaró que fue aprobada por el directorio que, de querer, podría terminar con la alianza. "Han preferido el escándalo", dijo Infante.
"Todos los balances que solicitan ya los tuvieron en sus manos los directores, en ellos los números están clarísimos. Sólo esperamos la entrega de nuestra cuenta en la próxima asamblea para proceder a querellarnos por las responsabilidades individuales que están detrás de estos infundios" agregó el también editor.
Respecto a lo que pasará con la realización de la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Santiago, Arturo Infante dijo a La Tercera que "la feria ya está en marcha, pero este intento de sembrar incertidumbre le podría hacer daño".
Según el editor "la cuestión de fondo de nuestra renuncia es comprobar la esterilidad de la tarea gremial con estos compañeros de viaje, con los que no tenemos ningún punto en común: mientras nuestra energía está puesta en influir en las políticas públicas para el libro y la lectura, en construir lectores, la de ellos sólo se expresa en buscar prebendas comerciales en las ferias del libro" finalizó Infante en sus declaraciones al matutino.