Roma iluminará sus monumentos en rosado por el Día de la Mujer
El 7 y el 8 de marzo quedarán de ese color.
Junto con el Coliseo, se sumarán casi una veintena de estatuas de mujeres.
El 7 y el 8 de marzo quedarán de ese color.
Junto con el Coliseo, se sumarán casi una veintena de estatuas de mujeres.
Roma iluminará de rosado los días 7 y 8 de marzo algunos de sus monumentos más representativos y las estatuas de mujeres emblemáticas que han marcado la historia de Italia con motivo de la celebración del Día de la Mujer, anunciaron las autoridades de la capital.
Además del Coliseo, está previsto que una luz rosa tiña también esos días casi una veintena de estatuas de mujeres en diferentes puntos de la capital.
Para celebrar el 8 de marzo se iluminarán de rosa las estatuas de Lucrecia Borgia en la plaza de San Marcos; las que rinden homenaje a Dea Roma en la plaza Montegrappa y en la plaza del Campidoglio; la de Anita Garibaldi en el Gianicolo; la de Santa Catalina en los jardines del Castel Santangelo o las de Victoria Colonna y la premio Nobel de literatura Gracia Deledda en el Pincio, entre otras.
"La luz será protagonista en Roma, donde iluminará a artistas, escritoras y heroínas del Resurgimiento, desde Lucrecia Borgia a Anita Garibaldi", dijo el asesor cultural del municipio de la capital italiana, Dino Gasperini.
El alcalde, Gianni Alemanno, anunció también que está previsto que el municipio apruebe el próximo jueves el Fondo de solidaridad con las mujeres que han sido víctimas de la violencia.
Otras ofertas culturales propuestas para conmemorar el 8 de marzo son el recorrido por la narrativa femenina ofrecido por la Casa de la Literatura de Roma, una exposición de fotografías de mujeres en el trabajo a cargo de la Casa de la Memoria y la Historia y la gratuidad del acceso a todos los museos municipales.
Los orígenes del Día de la Mujer se remontan a 1908 cuando 129 trabajadoras de la empresa textil Triangle en Nueva York murieron en un incendio tras varios días de protestas por las duras condiciones de trabajo después de que el dueño cerrase todas las puertas de la fábrica.