A partir de octubre de este año se comenzará a implementar bibliotecas para las personas privadas de libertad al interior de 15 recintos penitenciarios del país, complementando la red de laboratorios de computación de BiblioRedes, que se vienen instalando desde 2004.
La iniciativa se llama "Plan de Fomento Lector en recintos penitenciarios" y es fruto de una alianza de cooperación entre la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y Gendarmería de Chile, en el marco del Plan Nacional de la Lectura 2015-2020.
"En estos diez años, como Programa BiblioRedes hemos capacitado a casi 4 mil personas en alfabetización digital. El proyecto ha ido creciendo y en 2012 firmamos un convenio con Gendarmería que nos ha permitido instalar laboratorios fijos de computación en cárceles. Hoy en día ya estamos en la mayor parte de ellas", señaló Miguel Rivera Donoso, encargado del programa BiblioRedes en recintos penitenciarios.
Actualmente, en las salas de computación de BiblioRedes, los alumnos trabajan en la elaboración de currículos, aprenden a hacer trámites y a postular a trabajos en línea; a administrar cuenta de correo electrónico e incluso se instruyen en manualidades u oficios mediante video tutoriales de YouTube.
Para poder realizar actividades relacionadas con la lectura, además de implementar espacios dedicados exclusivamente a los libros, se capacitará a personal de Gendarmería para formarlos en gestión bibliotecaria y mediación lectora. Serán ellos, junto a los talleristas, los que tendrán la misión de encantar o reencantar a los internos con la lectura dentro de los recintos de cumplimiento penal.
Personalización
Si bien es cierto hace tiempo existen bibliotecas en cárceles, la mayoría estaban vinculadas a las escuelas del interior o se formaron con descartes y donaciones de diversas procedencias. Incluso existen algunas bibliotecas en convenio con DIBAM, pero no tienen una colección pensada en las características del usuario que vive al interior.
Gracias a este proyecto, el tema de la selección de textos se trabajará cuidadosamente. "Las novedades son la constancia en la mediación a la lectura y la colección bibliográfica, que por primera vez se elige según el perfil de los internos", puntualizó Miguel Rivera Donoso.
¿Cómo se hizo? Primero que todo, "para elegir lecturas pertinentes a la realidad de los centros penales se llevaron a cabo mesas de trabajo conformada por especialistas en fomento lector, entre ellos, funcionarios de Gendarmería, talleristas con experiencia en cárceles y ex internos. En forma paralela, se realizó un catastro de necesidades e intereses de la población penitenciaria, con lo cual se elegirá la colección bibliográfica que se instalará", explicó Javiera Silva Parker, encargada de la implementación del Proyecto de fomento lector en recintos penitenciarios.
Finalmente, la cantidad de títulos variará de acuerdo a la población de cada cárcel. Ahora se está realizando el proceso de adquisición de los libros. En septiembre de 2015, se espera realizar la distribución de cómics, literatura, no ficción, poesía y manuales técnicos, entre otras materias. "Se busca equiparar la variedad que existe en las bibliotecas públicas de todo Chile", dijo Silva Parker.
Algunas proyecciones
El plan de intervención del proyecto de fomento lector en cárceles busca llegar a más de 70 cárceles en un plazo de cinco años, beneficiando a más del 85 por ciento de las personas privadas de libertad en todo Chile.
Actualmente hay 53 laboratorios de computación funcionando y a fines de septiembre ya serán 65. En cuanto a las bibliotecas, este año se instalarán 15 en ocho regiones del país. Entre las que se cuentan: Colina I, Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, Tocopilla, Arica, Ancud, Santa Cruz y Punta Arenas.
El trabajo de fomento lector tiene una doble función: formativa y recreativa. Es por ello que se realizarán talleres de lecto-escritura, cajas viajeras que lleven los libros al interior de cada módulo o patio, así como el apoyo a otros eventos culturales.