El actor realizó una fuerte crítica a los aportes estatales a la cultura, "debemos mendigar fondos", aseguró.
Además, se refirió a la estafa de su contador que le llevará a cerrar el Teatro de la Memoria.
"La Memoria, como la conocíamos hasta hoy, se acabará en diciembre", aseguró.
A fines de los 80' Alfredo Castro fundó la compañía de teatro La Memoria, conocida en los siguientes años por su apuesta de buscar diversas fuentes textuales, desde Artaud, pasando por el psicoanálisis y la crónica roja.
"La manzana de Adán" e "Historia de la sangre" fueron sus obras más emblemáticas en sus comienzos. Su estética, variada y lúdica, su sello.
En 2005, ya convertido en teatro, escuela y centro de investigación, La Memoria abrió su nueva sala en Bellavista. Para 2013, Castro anunciaba el cierre de su teatro por "falta de fondos", sin embargo, y ayudado por una subvención, La Memoria siguió en pie estos tres años.
Además, desde 2013, el actor arrendó su sala a la U. Andrés Bello. Cuando el contrato venció en diciembre pasado, Carlos Díaz, director de la Escuela de Actuación del Duoc, le propuso continuar su asociación por tres años más.
Todo iba bien, hasta que en abril, Castro recibió un correo de la UNAB donde le decían haber pagado por error el arriendo de tres meses de este año.
Estafado
"Le pedí a Nelson Márquez, secretario y contador de La Memoria durante siete años, revisar las cartolas del banco donde mantenemos las cuentas. Debíamos devolver ese dinero", partió su relato el actor a La Tercera.
Esa misma tarde, Márquez desapareció. "Llamé a mi ejecutiva del banco y le pregunté si estaban esos depósitos y contestó que sí, pero la cuenta figuraba con un saldo de $ 52 mil en lugar de los $18 millones que tenía contabilizados", agrega.
"Era un engatusador, un sicópata brillante, noté después, pero aún así era amigo de todos nosotros, y estaba comprometido con el proyecto. Pero los últimos meses estuvo raro, muy nervioso, alterado. Yo mismo le había pedido hora con un siquiatra. Ganaba un buen sueldo, tenía el apoyo de todos, pero llegó a falsificar firmas, transfirió platas, cobró cheques a nombre de otras personas, me hizo firmar cheques y los cobraba o los endosaba a nombre de él", cuenta Castro.
El actor contó que además, tras denunciarlo, le notificaron una demanda que el propio Márquez le había hecho a él por el no pago de vacaciones ni imposiciones.
"No hemos podido cuantificar todo, ya que Nelson robó todos los talonarios de cheques del 2013 al 2016, además del computador de la escuela y donde están todos los archivos contables de años. Ha sido un golpe bajo", se lamenta.
Hasta el momento, la estafa asciende a más de 24 millones de pesos.
El futuro
"La Memoria, como la conocíamos hasta hoy, se acabará en diciembre. En este contexto no tiene cabida ni una razón de ser. Hacía tiempo que esto venía con signos de no tener un lugar, primero por la crisis de 2013, cuando anuncié el cierre, y luego por esto (la estafa). Por lo pronto, tengo un Fondart que rendir y vamos a terminar como corresponde", dice.
El actor comentó que volverá a hacer clases en la Universidad Católica y buscará otra forma de realizar sus seminarios, a la vez que proyecta nuevos desafíos en el cine.
Sin embargo, no esconde sus críticas a la forma en que desde el Estado, se ve la cultura en nuestro país.
"En Chile, los artistas deben mendigar los fondos estatales cuando en otros países, como el Reino Unido, es el Estado el que se acerca a sus creadores", aseguró.
"El Fondart ha creado un monstruo. Se llenó de una serie de apéndices parasitarios. Las exigencias para las postulaciones y rendiciones posteriores son muchas veces inútiles. Nosotros somos creadores, eso sabemos hacer. Estoy de acuerdo con presentar un proyecto creativo y sustentarlo en premisas contundentes, también un estudio económico del proyecto, pero para levantar una postulación hoy es necesario contratar a expertos ajenos a la creación misma", criticó.
