Revisa el anecdotario que prepara el comentarista de Al Aire Libre con motivo de la Copa del Mundo.
El 30 de junio de 1990, en Florencia, Argentina enfrentó a Yugoslavia por los cuartos de final del Mundial de Italia. El partido terminó 0 a 0 y hubo que ir a los penales, donde los trasandinos ganarían por 3 a 2. Los goles de los argentinos fueron obra de José Serrizuela, Jorge Burruchaga y Gustavo Dezotti. ¿Y Diego Maradona? Se lo desviaron: remató suave, a la derecha del arquero Tomislav Ivkovic, uno de los tres croatas del equipo que jugó esa tarde (los otros eran Zoran Vulic y Robert Prosinecki). Tampoco marcó Pedro Troglio, cuya ejecución dio en el palo.
Por Yugoslavia, anotaron Robert Prosinecki y Dejan Savicevic. En cambio, Dragan Stojkovic remató al palo y Sergio Goycochea les desvío los tiros a Dragoljub Brnovic y a Faruk Hadzibegic. El duelo entre Maradona e Ivkovic tenía un antecedente sabroso de 1989, cuando Napoli y Sporting de Lisboa se enfrentaron por los 32avos de la Copa UEFA. Aquella vez el meta le desvió un penal a Maradona en una definición que igual favorecería a los italianos, no sin antes apostarle 100 dólares a que le atajaba el remate. El "Diez" aceptó y le pegó fuerte a la izquierda del portero, quien le tapó el intento y de inmediato fue a recordarle que le pagara. Y Diego cumplió: le dio la plata y su camiseta en el mismo estadio.
Aprovechemos la ocasión para salir de otra duda: ¿por qué Croacia luce una camiseta a cuadros rojos y blancos, que sirve de mofa para varios de sus rivales que la consideran poco seria o parecida a un mantel italiano? La razón es simple: se trata de una obra de arte encargada al pintor y artista gráfico Miroslav Sutei (1936-2005), a quien también se le encargó el diseño de la bandera croata. La camiseta en cuestión debutó el 17 de octubre de 1990, con una victoria por 2 a 1 sobre Estados Unidos y que, en rigor, fue el primer partido de la selección de ese país.
